<<Todo esto está mal, pero es tan divertido ver su rostro de esta manera.>>
-Buenos días sol y luna de el imperio. Princesa.- su voz tartamudeaba mucho tanto que creía que su corazón se saldría por su boca -¿Que la trae por aquí?-
Con una pequeña sonrisa en el rostro, la mire fijamente, quería aclarar que había cometido un error hablame sin hacer primero una reverencia. se notaba lo nerviosa que estaba le temblaban las manos y tomo su larga falda en sus temblorosas manos y hizo una pequeña reverencia de saludo, al parecer si conoce la etiqueta, es algo esperable de la hija de un duque. Entre al invernadero que estaba bastante cerca, repleto de flores y árboles. Ellos me siguieron por atrás.
<<Parece que no hizo falta presentarme, sabes quién soy ¿verdad? Mi adorada prima.>>
El joven Alfierce con una reverencia fina y sin falla alguna. Cómo en todas sus vidas... Tan delicado. Tan calmado, aunque parecía un poco sorprendido de la situación en la que estábamos.
-Saludos a su majestad la princesa.-
Una de la sirvientas entraba por el invernadero y quedó en shock por la escena trato de correr y llamar a los guardias a lo cual kiel se interpuso poniéndose en medio, parece que con sus ojos le dijo que no hiciera nada, no actuará precipitadamente.
-Me gustaría que mi visita fuera un secreto así que por favor que la sirvienta no diga nada y que traiga unos postres, una palabra y puede perder su cuello.- La sirvienta impactada hizo una pequeña reverencia y fue a buscar los postres.
<<Debería de haberla matado, las sirvientas son molestas>>
Había una pequeña mesa de te en el centro de el invernadero me senté delicadamente a esperar los postres, pocos minutos después llegó la sirvienta con los postres que pedí, y los puso en la mesa, entre ellos, unos chocolates. Inmediatamente cuando los puso en la mesa sentí una ganas de vomitar.
-Saca esa basura de la mesa, si no quieres perder tu inútil cabeza. Y no vuelvas a cruzarte por mis ojos.- Asustada quitó los chocolates y los escondió. Me levanté de la mesa a sacar ese horrible olor de mi nariz. Me quedé de pie unos 10 minutos sacando ese horrible olor de mi nariz. Mientras todos me observaban atemorizados.
Después de poner los dulces en la mesa se quedó en una esquina y le entrego a otra sirvienta los chocolates.
-Tomen asiento, que hacen allí de pie.- me volví a sentar y tome un poco de te, era ligeramente dulce, que sorpresa que no tenga veneno. -Sorprendente, no me envenenaron.- Dije sin mala intención, pero al parecer mi comentario afecto mucho a los dos.
-¿Por que dice eso princesa?- una voz dura y firme.
-Kiel para nadie es mentira que el emperador no me ama... Es esa una gran oportunidad ¿verdad?- mire de reojo a Zenit estaba asustada, Kiel al contrario intentaba mantener el ambiente tranquilo.
-Crei haberles dicho que se sentarán. Eso es lo que vale una orden de la familia imperial para ustedes, que decepción.- Zenit soltó la mano de kiel y se sentó delante mío, después la siguió kiel.
Zenit impactada por lo que está pasando casi parecía que quería llorar, tome otro sorbo de té, y tome una galleta, tenía un sabor amargo. Y la dejé en el plato otra vez.
-Que mal sabor- No quedé con ganas de probar más platillos. -Es bastante decepcionante de el palacio de el duque.-
Me estaba muriendo de la risa unas pocas palabras y ya estás así Zenit, ni siquiera puedo pensar que estás llena de la magia más sucia que existe.
-Zenit acércate un momento por favor. Quiero ver tu rostro más de cerca.- Zenit estaba sorprendida y asustada, pero se levantó.
El joven alfierce trato de evitarlo. Tomando el brazo de su hermana.
-disculpe su majestad mi hermana ya se debe retirar estos días no ha estado muy bien.- esto es molesto.
- Estás desobedeciendo una orden mía Alfierce. Joven no le estaba preguntando, es una orden.- tome un sorbo de té para calmar mi furia y puse la taza de te en su lugar otra vez.
-Si su alteza.- Aún parecía en contra de que ella se acercará pero no es como si le diera muchas opciones.
Zenit dio unos pasos adelante y bajo su cabeza volviéndose hacia kiel. Parecía pedir ayuda con su temblorosa mirada.
-¿Acaso solo sirves para depender de los demás? Te dije que te vengas aquí.- Mi voz era dura y clara. Di una pequeña sonrisa para no sonar atemorizante.
Su cara era una pintura magnífica quería reírme a carcajadas en ese mismo momento.
-No entiendo lo que quiere decir su majestad.- Con un rostro muy nervioso y sin saber que significaba lo que dije.
¿Es tonta? Bueno aunque de tonta no tiene nada.
-¿Voy a esperar toda la vida señorita Zenit? No tengo tanto tiempo.- justo cuando quedo delante de mi, su rostro completo tome su delicada cabeza y la acerque a mi rostro.
-Tu... No eres como yo.- sus ojos estaban brillando, pero los míos brillaban aún más. -Tu no eres nada.- solté su rostro bruscamente y tome una galleta de las que sabían asqueroso. Y la puse en sus manos. -Tu eres como está galleta a mis ojos ahora mismo, te puedes sentar.- Zenit mordió la galleta y por su asqueado rostro sabía lo que significaba, "Eres asquerosa a mis ojos" Zenit colapso en el suelo, no hizo falta nada para que estuviera a ese punto. Solo fue una pequeña broma y ya estás así.
El rostro del joven Alfierce parece indignado apretaba su puño fuertemente estaba justo a pararse y ayudar a Zenit pero yo me levanté primero.
-Parece que perdió el equilibrio señorita Zenit. ¿Acaso no sabe de etiqueta?-
pero ni siquiera he empezado Kiel, está ofendido pronto llegará el hombre de blanco no debería quedarme mucho tiempo. Será un gran problema si me encuentro con el hombre de blanco, escucho unos pasos a lo lejos. No fue tanto tiempo pero bueno
Me arrodille a la altura de el rostro de Zenit y le dije unas palabras que en ninguna de mis vidas le había dicho al oído. Jamás tuve la valentía de decirlas.
-No eres mi hermana, mi amada Zenit. Tu no eres nada.-Me levanté, y corte mi brazo con intenciones de irme, de sus ojos había una corriente de lágrimas.
-Princesa Athanasia- El duque Alfierse había llegado, con muchos guardias a su alrededor.
-Mejor consuele a su hija duque, solo venía a aclarar algunas verdades. Y no aguanto.- pase en círculo mágico hasta que llegue a la entrada de el frío bosque, rayos. Mi cuerpo estaba colapsando tengo que controlar mi mana. Esto me pasa por usar hechizos de libros.
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A ti que me perdiste.
FanfictionPadre, lo lamento no me arrepiento pero quitar una vida siempre requiere perdón como tú me enseñaste. Debo hacer esto para vivir, tu mas que nadie deberías entenderme. por primera vez mi espada atravesó el cuello de el mayor emperador del imperio. C...