A ti que me perdiste.

tan real como el agua #11

Suspire desde el fondo de mi alma.

-En que carajos te metiste Athanasia.-

Queje entre labios y sostuve fuertemente la espada entre mis manos. Mis manos que solían ser suaves y limpias al tacto estaban desarrollando una carrasposa sensación al tacto.

Tres meses en estás crueles pruebas solo me han dejado bastante amargura plasmada en cada parte de mi cuerpo.

-¡Porque tan lento hoy Nasio!-

-¡Cierra la boca soldado de pacotilla!-

Mi vocabulario que siempre fue delicado y refinado por la etiqueta real se había vuelto rudo y tosco como el de un hombre de verdad. Tire la espada a la tierra y me tire al suelo como si fuera un cómodo colchón.

-¡Ya te cansaste nenita!-

-¿Te enseño quien es la verdadera nena?-

Todos dejaron de bromear y se dispersaron con leves carcajadas. A los soldados les encantaba burlarse aún sabiendo que son más débiles que mi espada. Pero no son malas personas me senté y dejé pasar aire a los pulmones.

-¡Ollé Nasio nos llaman en la base!-

-¡No jodas, solo ve y me dices que dijeron!-

Es molesto traer mi almuerzo así que simplemente lo dejo listo en casa y cuando sea hora.

¡Tak!

El almuerzo cayo a mis manos directamente y algunos soldados miraban asustados. Carajo. Verdad que la magia no es algo que todo el mundo tenga.

-Mi hermana siempre lo envía a esta hora por un mensajero. Manada de idiotas.- Es mentira pero ni tanta.

-¿Acaso eres rico como para usar un mensajero mágico?-

-No soy tan pobre como ustedes. Eso se los aseguro manada de búfalos.-

Abrí mi almuerzo para cuando estaba apunto de llegar a mi boca me asustara un grito de una voz baja con un tono un poco asustado. A mitad de sus palabras casi inaudibles de uno de los soldados un poco más bajo y débil que los demás llegó corriendo como si su vida dependiera de ello.

-¡Han dicho que vamos a la guerra!- 

¿Guerra? Carajo. Tenia planeado vivir tranquila durante mucho tiempo ¿el mundo acaso me odia? Las cosas no pueden suceder tan repentinamente. La comida que hace unos minutos estaba en mis manos se resbalo por una torpeza inútil. Sin haber pasado mas de algunos segundos de que dieran una corta frase que acabaría con muchas vidas se escucho un fuerte estruendo. 

[...] 

No se cuanto tiempo estuve inconsciente si fueron minutos o horas, solo podía sentir un fuerte dolor que venia de la parte inferior de mi estomago. El humo poco de una fuerte explosión con un horrendo olor a mana oscuro inundaba mis fosas nasales. Intente quitar el escombro que cubría mi cuerpo pero era muy pesado. 

-Nasio- Escuche un murmullo un poco bajo y herido. Uno de los soldados con el cual entrene duramente durante bastante tiempo se encontraba al borde de la muerte como muchas de las personas que estaban a mi alrededor. En una situación mas critica que la mía, un pobre pueblo fronterizo sin importancia atacado de esta manera tan devastadora. 

Puse un poco de mana para quitar la piedra, la herida es un poco mas severa de lo que creí. 

-¡Hay un enemigo vivo!- Grito un soldado con un uniforme del imperio enemigo. que salió de la humarada de escombros, casi todas las espadas estaban destrozadas no había nada que  pudiera usar. No quiero usar mana, no tengo opción ni tiempo.  El soldado se acercaba rápidamente y mi herida no me permitía ir mu lejos. mordí el interior de mi labio, termine el hechizo que mantenía mi apariencia consumiendo mana constantemente y la barrera de mana puro fue tan fuerte que ando a aquel soldado de uniforme rojo fuego al otro lado de la habitación. Mi primera reacción después de eso, correr.