Padre, lo lamento no me arrepiento pero quitar una vida siempre requiere perdón como tú me enseñaste. Debo hacer esto para vivir, tu mas que nadie deberías entenderme. por primera vez mi espada atravesó el cuello de el mayor emperador del imperio. C...
Camine por la nieve un tiempo, tomar aire fresco no está de más, camine mucho tiempo, pero llegué al el palacio.
-Bienvenida de vuelta sol de el imperio- saludaron los guardias con una reverencia.
-¿Cuánto tiempo estuve afuera?- los guardias sin levantar su cabeza respondieron con una voz fuerte pero amable.
-Lleva por fuera dos semanas su majestad.- mmm... Es menos tiempo de lo que pensé, entre al palacio y todo estaba igual, Lili había salido a recibirme.
-Princesa, que buen que esté bien.- me dió un cálido abrazo como en todais vidas, nunca cambia su sensación.
-Por que no estaría bien Lili.- le regale una sonrisa y tome su mano para volver a mi habitación.
Llegué a mi cuarto, con una angustia e intranquilidad que no me dejaba descansar en un palacio donde nada faltaba pero tampoco abundaba, se sentía tan solo y vacío. Pero no puedo huir ni esconderme, así que solo voy a ser feliz por este corto tiempo que tengo.
-Su alteza, discúlpeme se que no hace mucho que llegó de el viaje pero... En pocas horas será su debut... - Solté un suspiro me quite mis zapatos. Lo había olvidado.
-Esta bien, parece que llegue justo a tiempo.- Lili recogió mis zapatos. -Alista mi baño por favor -
***
-En mi 3 vida intente con todo mi corazón escapar de este horrible palacio tal vez todos esos esfuerzos fueron en vano, ella con su curiosidad desastrosa dijo que quería conocer a su hermana-
Llevaba una vida tranquila en el campo el cabello acariciaba mi melena morena, cambie el color por qué me hacía sentir atada a ese horrible palacio mis ojos negros con un tono cuál café, era un truco bastante básico que aprendí de lucas. no quería ninguna similitud lo que eran en el pasado, era feliz con Lili en una pequeña y acogedora cabaña a las afueras de Obelia dónde lo único que se puede ver es... Es el verde prado, y las nubes azules cuál algodones esparcidos por el cielo. No nos faltaba nada éramos tan felices que no lo podíamos ocultar.
-Lili pronto tendremos que recoger el trigo y dárselo al granjero- dije con una gran sonrisa -tenemos que hacerlo pronto o perderemos la cosecha de este año -
Ella con sus ojos tranquilos con cada día que pasaba. Salió a paso tranquilo de la cabaña y se alistó con un delantal un poco desgastado para hacer el almuerzo
-debes comer athy no puedes estar siempre trabajando te vas a desgastar a este pasó, podemos entregarle el trigo la otra semana- tomando un pequeño cuchillo para cortar unas pequeñas papás en una tasa.
Me senté tranquilamente a mirar como cocinaba, amaba el olor de la sopa de Lili cuando estaba al fuego bajo la chimenea hacia que la cabaña tomara un gran calor acogedor, no conocíamos a mucha gente del alrededor la esposa del granjero que compraba papás de vez en cuando y el granjero que pasaba por el trigo para alimentar cada mes prontos sería mi cumpleaños número 17 no me preocupaba mucho, cuando desaparecí nadie se preocupo Lili me daba un libro de cumpleaños cada año, y leerlo en el fuego era casi una cultura para nosotras, no teníamos camas muy grandes pero lo suficiente para que no falte comodidad.
Hoy era mi cumpleaños estaba muy feliz, esperaba el libro de Lili con muchas ansias, como todas las mañanas Lili salió temprano a comprar víveres y me dejó una pequeña nota de Feliz cumpleaños al lado de un delicioso desayuno y unas pequeñas galletas azucaradas, eran muy caras para los plebeyos, fueron la cosa más deliciosa que probé después de la sopa de Lili.
Me encargue de todos mis deberes, limpie la pequeña cabaña dejando los pisos un poco sucios por qué no se limpiar muy bien... Pero pasaba el tiempo, Lili suele llegar cuando el sol está en su punto más caliente, tal vez se retraso o se quedó a comprar unas cosas... pero ella nunca se retrasa. Mi cabeza estaba colapsando el sol se estaba metiendo. Mi cabeza quería estallar.
Las horas pasaban y pasaban y Lili no volvía, estaba muy preocupada tome una pequeña capa corrí varios kilómetros, de nuestra cabaña al pueblo más cercano está bastante lejos, mis pies se cansaban. Lili normalmente va en el carruaje de la vieja vendedora de frutas, en mi camino encontré un señor bastante viejo con una pequeña carreta que se ofreció a llevarme a el pueblo, subí a la carreta mire de derecha a izquierda de arriba a abajo, Lili no estaba.
La pueden haber secuestrado para venderla de esclava. Podrían haberla raptado para acosarla o le podrían haber robado sus cosas.
Llegando a las puertas del pequeño pueblo donde yacían casi 1.000 caballeros armados, me escondí detrás de un árbol use un poco de magia para ocultar mi cuerpo, fue Felix quien me encontró siguiendo los rastros de magia que tenía... Mi capucha cubría mi rostro antes de que me llamara por mi nombre quise intentarlo por última vez. Tome su mano.
-Por favor Félix, no me hagas esto...-
Soltó mi mano y se arrodillo y dijo con su fuerte voz.
-Me arrodilló ante su alteza real Athanasia Day de Alger Obelia.- Todas mis esperanzas de volver a tener mi vida normal se perdieron con sus palabras, por qué tengo que estar atada a un título que no quiero, Que razón tienen para buscarme, no llame la atención mi desaparición no tiene ningún efecto secundario.
Hace 6 años que no escuchaba ese nombre tampoco estaba gustosa ni complacida de escucharlo, más que eso era la última cosa que quería escuchar en este mundo para mí ese nombre más que gloria era condena y mis más fuertes cadenas. -¿donde está Lili? Habla caballero carmesí- le pregunté al caballero arrodillado frente a mi.
-Su majestad el emperador está hablando con la sirvienta de su alteza, intentaba descubrir su paradero...- Claude está hablando con ella, seguramente Lili ya estará muerta, mordí mi labio inferior.
-Felix, no sabes la condena que me has dado ahora mismo- cerré mis ojos y lo único que pude hacer es esperar pacientemente, que todo esté bien. Mi cuerpo temblaba mis manos temblaban, tengo tanto miedo...
-No debe tener miedo el emperador no le hará daño Princesa.-
-Eso pensaba yo hace mucho tiempo. Pronto sabrás mi sentencia.-
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