Capitulo 4

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Capítulo 4

Brittany se adentró en lo más profundo del bosque, ignorando las zarzas que se le enganchaban al bajo de las enaguas y las ramas de los árboles que se prendían en su capa. La lluvia que había caído antes había vuelto la tierra pastosa bajo sus gruesas botas, pero el cielo se había aclarado milagrosamente y la luna había aparecido súbitamente para guiar a Brittany hacia su destino. No sabía exactamente cómo llegar al baluarte de Sam, pero estaba convencida de que, si no daba con él, él la encontraría

Sam fue en el pasado dueño de vastos dominios al sur de Misterly, pero se había visto obligado a ocultarse después de Culloden, y sus tierras fueron entregadas a un lord inglés. Sam y los miembros de su clan que habían sobrevivido huyeron a las montañas, donde vivían en rudas chozas y en cuevas. Aunque se les consideraba proscritos, habían vivido desde entonces con cierta libertad. En aquel tiempo fue cuando llegó a oídos del rey el rumor de que Sam Evans estaba planeando una insurrección y que pretendía unir su clan con el de los Pierce.

Siguiendo un camino a través del bosque que apenas se utilizaba, Brittany iba muy bien de tiempo hasta que un banco de nubes llenas de lluvia se cruzó por delante de la luna, sumiendo el bosque en la oscuridad. Entonces se levantó una espesa niebla que la engulló.

Brittany perdió enseguida el camino entre los gigantescos árboles. Sabía que era peligroso continuar sin una luz que la guiara. Pero algo bueno tenía aquel tiempo que de pronto se había vuelto contra ella, pensó. Serviría para ocultada a ojos de quien quisiera buscarla, si es que Lady Santana había decidido ir tras ella.

Brittany se estremeció cuando las primeras gotas de lluvia le cayeron en la cara. Se detuvo bajo un árbol de frondosas hojas y se deslizó por su tronco hasta sentarse en el suelo. Apoyó la cabeza contra la mochila y decidió que lo mejor que podía hacer era descansar mientras pudiera y continuar el viaje cuando saliera el sol.

No era su intención dormirse, pero le pesaban tanto los ojos que no podía mantenerlos abiertos. A pesar de sus buenas intenciones, se acurrucó con tristeza bajo la copa y se quedó dormida.

Santana estaba empapada, fría, hambrienta y furiosa. La lluvia helada no contribuía a mejorar su mal humor. Llevaba horas caminando a través del bosque. Cuando la luna se ocultó bajo un banco de nubes y comenzó a caer la lluvia, Santana maldijo su perra suerte. Sin embargo, le consolaba un tanto pensar que Brittany tenía que estar tan incómoda como ella.

Cuando la lluvia le cayó con fuerza sobre la cabeza, su mal humor aumentó varios grados. En el momento en que tuvo lugar el sombrío amanecer, Santana estaba de un humor asesino. ¿Es que aquella tigresa rubia no se daba cuenta del peligro que corría una doncella desprotegida en aquellos tiempos turbulentos? Bandoleros y depredadores de cuatro patas vagaban por aquellos bosques en busca de presas, y Brittany era un bocado suculento. Santana guió su caballo por el bosque, buscando pistas con su aguda mirada. No estaba dispuesta a rendirse, porque hacerla implicaría reconocer la derrota a manos de ella. En todos sus años como soldado, jamás había perdido una batalla ni se había dado por vencido. Si Brittany se le escapaba ahora, se arriesgaba a perder el futuro con el que siempre había soñado. No, decidió endureciendo los rasgos de su rostro con determinación. Brittany no se le escaparía. Había muchas cosas en juego.

De pronto, Santana atisbó algo prendido en una espina y tiró de las riendas de Cosmo para detenerlo. Estiró el brazo y cogió un trozo pequeño de tela del arbusto. Girándolo entre los dedos, se dio cuenta de que era un jirón de franela. ¿Era una parte de las enaguas de Brittany? Sus labios se curvaron en una sonrisa. Si ella hubiera visto aquella sonrisa, se hubiera sentido aterrorizada.

Poco tiempo después, Santana encontró una pequeña huella de pie sobre el mullido suelo y otro trozo de tela. Decidido y seria, espoleó su montura. Atrapada en la emoción de la caza, la lluvia, el frío y el hambre quedaron olvidados cuando se convirtió en un cazador que corría tras su presa.

El Sabor del Deseo (ADAPTACION BRITTANA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora