Capitulo 16

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Santana dio un paso hacia delante tambaleándose, recordó que no llevaba ningún arma y le pidió a un soldado que fuera a buscarle las suyas. Brittany la agarró del brazo.

-¡No, no puedes ir! Estás herida. Deja que Nana te vea la puñalada.

-No puedo permitir que ese malnacido se escape -dijo Santana-. Lo perseguiré hasta los confines de la tierra si es necesario.

-No seas tan obstinada, Santana. Deja que Quinn se haga cargo. Estás sangrando.

Santana se zafó de ella.

-Evans ha intentado matarte.

-¿Se va a poner bien Santana?

Santana bajó la vista para mirar a Cami. Ella la estaba mirando con sus ojos luminosos, su miedo resultaba palpable.

-Sí, voy a estar bien, pequeña. Pero tú no deberías estar aquí -llamó a Marie, que estaba allí cerca retorciéndose las manos. -llévate a la niña a la sala de mujeres, mi señora, Camila está asustada.

-Sí, Santana -accedió Marie-. Es demasiado pequeña para comprender lo que acaba de suceder -agarró la mano de Cami y salió de allí. Alguien le tendió a Santana su espada y ella trató de colocársela al cinto.

-Maldición -dijo al ver que sus dedos habían perdido de pronto la capacidad de obedecerle. Brittany la agarró de la cintura y Santana se dobló encima de ella. Artie se apresuró a acercarse para ayudar en cuanto Nana se lo ordenó.

-Siéntala y quítale el jubón y la camisa -le dijo la anciana mientras ella salía precipitadamente a buscar su cofre de hierbas y ungüentos.

Santana se resistió.

-No es más que un rasguño. Las he sufrido peores.

Brittany apenas le prestó atención mientras le quitaba la camisa.

-No seas tan obstinada, Santana. Quinn es perfectamente capaz de manejar la situación. Está buscando a Sam mientras nosotros hablamos, pero dudo que lo encuentre. Las montañas están llenas de lugares donde esconderse. Ni siquiera Cumberland y su ejército consiguieron dar con él. Finalmente desistieron y fingieron que no existía.

-Oh, desde luego que existe.

Brittany observó cuidadosamente la herida de Santana, que seguía sangrando profusamente. La daga de Evans le había causado una herida superficial en la parte superior de la espalda, bajo el hombro derecho, pero no parecía mortal. Hizo una bola con la camisa de Santana y la apretó contra la carne herida. Brittany fue consciente de pronto de que el salón seguía lleno de invitados a la boda que pululaban por allí hablando en susurros. No tenía ni idea de qué decirles, pero Santana resolvió el problema por ella.

-Nuestros invitados deberían estar celebrando nuestra boda, no ahí parados mirando con caras largas.

-No saben qué hacer, Santana.

Santana se aclaró la garganta y les pidió atención a todos. Se hizo un profundo silencio en el salón.

-Habéis venido a una celebración, y debéis disfrutar de ella. En el patio se han instalado mesas con comida y los músicos están afinando sus instrumentos. Mi esposa y yo os invitamos a comer, beber, bailar y pasarlo bien.

-¿Estás seguro, mi señora? -preguntó Artie-. Te han herido de gravedad.

-No es más que un rasguño. Nana hará su magia y enseguida estaré como nueva.

Una ovación siguió a las palabras de Santana y comenzó un lento éxodo desde el salón. Enseguida, los sonidos de la música, las voces y las risas les llegaron desde el patio.

El Sabor del Deseo (ADAPTACION BRITTANA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora