El Sabor del Deseo (ADAPTACION BRITTANA)

Capitulo 15

Capitulo 15

Brittany estaba de pie al lado de la ventana, contemplando las estrellas que brillaban en el cielo. Cómo le gustaría ser todavía aquella niña pequeña que creía que si le pedía un deseo a una estrella se convertiría en realidad.

Si los deseos se hicieran realidad, su querido padre y sus hermanos estarían vivos y Misterly seguiría perteneciendo a los Pierce. Pero desear no servía para hacer milagros.

En cinco días se convertiría en la esposa de Santana López, un pensamiento tan aterrador como excitante.

Santana era una mujer única, polifacética y compleja. Los hombres le obedecían sin rechistar y las mujeres la adoraban. Era una mujer de ideas propias, lo suficientemente valerosa como para desafiar a su rey y fuerte para conservar lo que era suyo.

Santana la deseaba, pero no la amaba. Creía que el amor romántico era una debilidad. No se podía negar, sin embargo, que era una maestra en las artes amatorias, porque le costó muy poco esfuerzo por su parte conseguir que ella la deseara.

Brittany frunció el ceño al considerar sus sentimientos hacia Santana. Ya no le odiaba. Se había dado cuenta de eso cuando no fue capaz de matarla para aplacar a Sam. Permitió que Santana le hiciera el amor aunque sabía que así estaba traicionando a los miembros de su clan.

Sentía algo hacia ella (no, la amaba), y la culpa la estaba matando. Incapaz de seguir soportando sus oscuros pensamientos, Brittany se apartó de la ventana y retiró la colcha de la cama. La distrajo una llamada a la puerta. Saludó afectuosamente a Rachel y la invitó a sentarse.

-No puedo quedarme, Brittany. Voy a pasar la noche con mi familia en el pueblo - aseguró Rachel. -¿Necesitas algo antes de que me vaya?

-Gracias, pero no necesito nada. ¿Camila está acostada?

-Duerme como un bebé -dijo Rachel-. Y tu madre también.

Rachel recolocó la colcha, parecía como si quisiera decir algo pero no supiera por dónde empezar. Finalmente, Brittany le preguntó: -¿Hay algo que quieras decirme, Rachel?

Rachel se sonrojó y se retorció las manos.

-No sé por dónde empezar.

Brittany le cogió las manos.

-Empieza por el principio. Sé que Quinn y tú os habéis acercado mucho. ¿Se trata de eso?

-No creí que nadie se hubiera dado cuenta -murmuró Rachel.

Brittany sonrió.

-Es imposible no darse cuenta.

-Quinn es una hermosa persona... para ser inglés -se apresuró a añadir Rachel.

-¿Le amas?

Rachel dejó caer la mirada.

-Sí. Quinn ha prometido que se casará conmigo.

-¿Y tú le crees?

Rachel alzó la cabeza de golpe.

-¿Hay alguna razón por la que no debería?

-Algunas personas prometen lo que sea con tal de llevarse a una mujer a la cama.

-¿Qué te prometió Santana a ti cuando se acostó contigo? -replicó Rachel con aspereza. La expresión herida de Brittany debió avergonzar a Rachel, porque parecía horrorizada por las palabras que acababan de salir de su boca. -Oh, Brittany, perdóname. Sé que tuviste pocas opciones en ese sentido. Pero vas a casarte con su señoría, y eso lo arregla todo.