Yuki Yoshida, estudiante, con una depresión silenciosa,la cual lo hace alejarse de sus amigos, de sus pasiones de todo lo que el tenía, quedándose vació , sin nada, con cortes que lo perseguirán el resto de su vida.
Aunque medio de todo el caos co...
Holiii, me visto de gala para este capitulo y para agradecerles todo el amor, apoyo y comentarios que recibió este fic tan especial para mi, ya que a pesar de tocar muchas fibras personales fue el primer fic de Given que escribí. Sin mas preámbulo los dejo con el ultimo capitulo que obvio lo narra Yuki <3
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Maldición! Yo estaba bien, yo me encontraba muy feliz, yo no estaba pensando en esta mierda que me carcome día a día ¿Cuándo me abandonarían mis pesadillas? ¿Cuando podré ser libre de todo esto? ¿Cuándo me sentiré en paz?
Aquél día en la playa había sido maravilloso, aquél beso con Mafuyu fue especial y único pero no podía arrastrarlo a mi oscuridad. Si algo había prometido era mantenerlo fuera de todo esto y lo terminé metiendo más de lo que debí hacerlo. Soy una miseria humana.
—¡Yuki! ¿Qué diablos significa esto?— mi habitación se encontraba desordenada, había latas de cerveza por todos lados, mis brazos no estaban cubiertos y yo era un desastre.
—Nada mamá, olvídalo— mi vacío había vuelto, mis emociones se apagaron, la única luz que poseía la dejé escapar.
—¿Cómo que lo olvide? Yuki...— ella fijó su vista en mi brazo y yo lo ignoré. Como ella me ignoraba a mí.
—No finjas que te importa. Desde que falleció mi abuela tú simplemente me hiciste a un lado. No soy el hijo perfecto, por más que lo intente tú siempre me encontraras fallas, por más que me esfuerce nunca será suficiente para tí ¿Qué más quieres de mí mamá?—estaba harto de fingir que no dolía, me cansé de ocultar mis emociones. Simplemente exploté.
—Hijo...—no pudo responder, simplemente unas lagrimas cayeron de su rostro y yo no era tan fuerte como para soportar ver llorar a Saeko.
—Me voy— sin más aquella noche salí de mi casa rumbo a un lugar que me daba paz, Yokohama Minato Mirai. Allí iba con mi madre cuando era pequeño, cuando era un niño alegre al que no le preocupaba nada, cuando simplemente era yo.
Pasé la noche en aquél puente, pensando en estos meses, en las cosas que habían pasado, en como terminé decepcionando a todos, en como rompí la relación de Mafuyu y Uenoyama, en como abandoné la banda dejando a Hiiragi sin guitarrista. Después de todo, era lo que ellos decían, simplemente una decepción más.
No quise ver mi celular, no cuando sabía que tenía mensajes de él, de ese chico que iluminó mi mundo, de aquel castaño al cual decidí abandonar. Lo siento Mafuyu, pero soy muy poca cosa para tí.
Sus recuerdos los llevaría por siempre grabados en mí, sus risas, sus comentarios, sus besos, sus caricias, todo absolutamente todo, porque simplemente el mundo cabía entre mis manos, y ese mundo llevaba su nombre escrito.
—Oye tú...despierta— un tono desagradable hizo que abriese los ojos para encontrarme con aquél chico que conocía tan bien, Uenoyama Ritsuka.
—No estoy de humor para aguantar tus acusaciones o lo que sea que quieras hacer— él chasqueó su lengua y simplemente se sentó al lado mío, mirando al mar.