capítulo 4

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Holii el capitulo esta algo sad pero bonito a la vez <3 espero que lo disfruten

Mi abuela estaba internada,  fue sorpresivo, nunca lo esperé, no sabía como reaccionar, simplemente me quedé estático, viendo como mi madre acudía al hospital sin dudar y yo iba detrás de ella

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Mi abuela estaba internada,  fue sorpresivo, nunca lo esperé, no sabía como reaccionar, simplemente me quedé estático, viendo como mi madre acudía al hospital sin dudar y yo iba detrás de ella.

—Estará bien, fue una fractura de cadera, pero no podrá moverse por un tiempo— el susto fue grande, mis lagrimas querían salir sin contenerse pero debía ser fuerte, tenía que serlo.

—Doctor, por favor, dígame los cuidados que debo tener— Saeko era una mujer fuerte y poderosa, a pesar de que necesitaba su atención sería egoísta pedirla, más cuando lo mío no era tan importante.

Al siguiente día me sentía muy mal ya que no había dormido y aún estaba preocupado por mi abuela, pero no me daría el lujo de faltar a clases para luego escuchar los regaños de mi progenitora.

—Yuki sabes que puedes contar conmigo. Cuando quieras hablar con alguien aquí estaré— a veces Hiiragi me prestaba atención.

—Lo sé— pero yo hace tiempo que dejé de confiarle mis cosas, hace tiempo que no quería sentirme débil ante su presencia, hace tiempo que me sentía solo.

En estos momentos solo pude pensar en él, en Mafuyu, en que diría para hacerme sentir mejor, pero a penas comenzaba a hablarle ¿Cómo podría invadirlo con esto? Simplemente quería un abrazo, un mimo, lo que fuese.

Dos semanas pasaron de aquello, seguí poniendo mi mejor cara en los ensayos, seguí soportando el temperamento de Uenoyama, seguí ignorándome, como siempre lo hacía.

—Oye, no te ves para nada bien— todavía no les había dicho a ellos. Quería ser otra persona, no deseaba involucrar a la banda con mis problemas personales.

—Solo estoy algo cansado, no es la gran cosa—sentí la mirada del cantante observándome, sin embargo decidí ignorarla, no quería depender de él.

—¿Podemos seguir? Se lo ve bastante bien— en estas situaciones Uenoyama me agradaba. Quería pasar desapercibido, no necesitaba atención.

—Ya que, sigamos, pero sabes que confías en nosotros Yoshida— lo sabía pero ¿Cómo confiar en alguien cuando crees que a nadie le importas?

—Lo sé, lo sé— ese día la música me dominó, cada día mejoraba en aquella banda, me sentía útil.

—Se que falta para la competencia pero ganaremos, estoy seguro de ello— ¿Era eso posible?

—Tenemos mucho que hacer, pero bien hecho Yuki— ¿Habían absorbido a Uenoyama los aliens?

—Gracias. Prometo que mejoraré— porque eso no lo esperaba, era como recibir la aprobación de dios.

Cuando el ensayo terminó recibí un mensaje, uno que no quería ver, uno que me arruinaría.

"Ven rápido a casa. Debes cuidar a tu abuela. No se siente bien"

Corrí lo más rápido que pude hasta llegar a mi hogar en donde mi madre me esperaba furiosa.

—Eres un desastre Yuki. Ven a horario. Ahora llegaré tarde al trabajo por tu culpa— ¿ Acaso no podía tener vida social? ¿Debía hacer todo lo que decía?

—Lo siento— ¿Alguna vez me preguntó como esto me afectaba, en lugar de exigirme sin piedad?

—Da igual. Avísame si algo sucede— no, no lo hacía. Nadie pensaba en mí, nadie quería verlo. Las marcas seguían ahí, mis lágrimas estaban ocultas y jamás lo notaron. Quería gritar, llorar, pero seguía aguantando.

Cuando dejé a mi abuela dormida fui a mi habitación, no quería pensar, estaba agotado, todas las responsabilidades caían en mí .

"Yuki, necesito que vengas a mi casa"

Mi mejor amigo me necesitaba, pero no podía dejar mi casa

"Lo siento, no puedo, sabes que estoy cuidando de mi abuela. Prometo que cuando pase todo esto iremos a tomar un café ¿Pasó algo grave?" 

De verdad me preocupaba, él no era de mandar esos mensajes porque si.

"No"

Pero tampoco merecía su enojo, lo conocía bien, estaba molesto.

"Puedo llamarte, lo que necesites lo haré" 

A pesar de todo dejé mi orgullo y le mandé ese mensaje, porque lo apreciaba, porque era mi amigo.

"No. Tengo sueño. Adiós"

 Con esa simple frase me desbordé, comencé a llorar, a gritar internamente. A nadie le interesaba como estaba yo, ni a mi madre, ni a mi mejor amigo, ni a las personas por las que había dado tanto. Estaba solo, o eso creía ya que el timbre de mi casa sonó y cuando abrí la puerta me encontré con él.

—Yuki...me enteré de lo que pasó... ¿Cómo estas?—  esas simples palabras hicieron que lo abrazara fuerte, que llorara lo que debía llorar, que me sintiera acompañado. Por primera vez yo no fui el que estuve para él, sino que él decidió estar para mí.

Esa persona especial que había aparecido en mi puerta y en mi vida era Mafuyu Sato y allí fue cuando me di cuenta que no podría verlo solamente como un amigo.

Esa persona especial que había aparecido en mi puerta y en mi vida era Mafuyu Sato y allí fue cuando me di cuenta que no podría verlo solamente como un amigo

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Basura descartable (Given)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora