Capítulo 16. El M&G.

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Multimedia: Andrea Rosales.

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POV __________.

Estaba esperando a Andrea que estaba terminando de vestirse para ir al espectáculo de Fifth Harmony. Me encontraba en la amplia sala del pent-house con una Pepsi de lata en la mano, tomando pequeños sorbos y sintiendo las pequeñas burbujas disolverse en mi boca. La bebida estaba tan fría que cuando le di el primer sorbo me salieron unas lágrimas involuntariamente.

—¿Andrea? Apresúrate o no llegaremos a tiempo.

Ella seguía sin salir de la habitación. Habíamos comprado pases VIP con el M&G incluido, yo estaba rehusada a comprarlos, pero Andrea quería tener la experiencia completa. Puedo sentir cómo me tiemblan levemente las manos, tal vez no es Pepsi lo que necesito sino una cubalibre para tranquilizarme. Estaba demasiado nerviosa, me levanté para cambiar mi refresco por ron, pero justo en ese instante mi novia salió de la habitación luciendo muy hermosa.

—¡Wow, te ves increíble!— Exclamé mirándola de pies a cabeza. Ella me sonrió y corrió hacia mí, se abalanzó para besuquearme toda la cara. Yo reí y la abracé de la cintura. Habíamos decidido rentar un auto para poder andar libremente por la ciudad y no tener que subirnos en taxis todo el tiempo. Mi madre, Yuvanna, me comentó que era muy peligroso y que debíamos cuidarnos mucho—¿Lista?

—Sí, vámonos.

Yo no estoy nada lista para esto, no estoy lista para ver a Camila otra vez.

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POV Camila.

—¿Cómo me veo?— Le pregunté a Dinah, la cual estaba esperándome afuera de la habitación.

—Hermosa.— Me desajustó un botón de la blusa y me estiró un poco la tela de la camisa en los hombros. —Las otras se adelantaron, fueron a comprar desayuno y dijeron que nos ven allá.— Me dijo tomando mi brazo y halándome para que saliera de la habitación, reí ante su apuro. —Vamos a llegar tarde al M&G.— Refunfuñó Dinah.

—Nunca empiezan si no estamos todas, me quedé dormida esta mañana y Lauren no me despertó.— Comenté de mala gana. Esta mañana, al despertar, Lauren ya no estaba en la habitación y era muy tarde. Tuve que hacer todo muy rápido y no me dio nada de tiempo de bajar a maquillarme y peinarme con la producción. Tuve que hacerlo todo yo sola.

Subimos al ascensor, marcando la planta baja. Abajo se encontraban personas del equipo esperándonos, nos apuraron y nos indicaron que debíamos entrar al auto lo antes posible ya que se encontraban listos para iniciar. Nosotras nos subimos al vehículo donde nos ofrecieron frutas para desayunar, algunas rosquitas y café. Yo tomé una banana, como de costumbre y me recosté al vidrio finamente ahumado mientras le quitaba la cascara a la fruta. Observé a las personas caminar de un lado a otro, los miré tan serios a la mayoría que me pregunté si entre la rutina tal vez olvidaron sonreír. Tal vez tienen vidas de adultos ¿o vidas normales?

—¿Estás bien?— Preguntó Dinah dejando caer su cabeza en mi hombro. La miré de reojo, ella tenía una rosquita en la mano y en la otra sostenía un gran envase de café.

–Sí.— Respondí sin tanto ánimo, pero bajo mucho disimulo para que ella no lograra percatarse de que realmente no estaba tan bien. Sentía que no era mi día, que me había levantado con el pie izquierdo.

El auto se detuvo y uno de los chicos que nos resguardaba nos abrió la puerta extendiéndonos la mano para ayudarnos a salir. Él era alto, moreno y de ojos claros. Me sonrió ampliamente a lo que yo le regresé la sonrisa, aunque no tan amplia. Primero me ayudó a mí y luego a Dinah. Al salir del auto una ola de calor nos golpeó, para mí era normal, estaba acostumbrada ya que he vivido en Miami toda mi vida. Dinah maldijo en voz baja quejándose del calor y yo lancé una corta carcajada.

Enamorada de una venezolana (Camila Cabello y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora