Enamorada de una venezolana (Camila Cabello y tú)

Capítulo 9.

Que alegría tan incomparable sentí al ver mi primer... micrófono.

Lo saqué de la caja, estaba adornado con un precioso lazo navideño para colocármelo en la cabeza, reí breve aun con lágrimas deslizándose por mis mejillas, mi primer micrófono.

—Esto es...— Mi padre coloco una mano en mi espalda acariciándola de arriba abajo —Increíble, gracias— Me giré dándole un abrazo, Sofi corrió y se nos unió.

—Ven aquí, Sinu— Habló mi padre haciéndole un ademan con la cabeza para que se uniera al abrazo familiar, ella dejó la cámara a un lado y se unió al abrazo con una sonrisa en su rostro, no podía sentirme más alegre al estar con mi familia.

—¡Foto familiar!— Exclamé alejándome del cálido abrazo, tomé mi celular para tomarla como selfie y todos hicieron muecas graciosas, incluyéndome.

Se la mostré, todos rieron al unísono contagiándome.

—Camila, toma— Mi madre extendió una banana, mi fruta favorita. Se la arrebaté. ¿Cuántas bananas había comido el día de hoy? Creo que perdí la cuenta, vamos es Navidad.

Debajo del árbol estaba algo que me llamaba mucho la atención, el regalo de _________. Era un avión pequeño con la bandera de Venezuela y la bandera de los Estados Unidos, además también le había comprado brazaletes que compartiríamos ambas, tal vez envíe a papá para que se lo entregue, Sofi le hizo unos dibujos.

Me dediqué a comer mi banana tranquilamente sin dejar de vagar en mis pensamientos ¿sería correcto ir a su casa a llevarle los regalos? Después de todo no creo que eso sea lo mejor, yo fui la que se quiso alejar, no sería correcto aparecer por allá, lo único que iba lograr hacer era confundirla.

POV ________.

—Jade, ¿me acompañas a llevarle presentes navideños a Camila y a su hermana?— Tomé en mis manos la guitarra que había comprado especialmente para la castaña.

—Seguro... ¿Quién nos va a llevar?

—Ya le pedí el favor a Aran y me dijo que él podía.

—¿Alguien dijo mi nombre?— Apareció mi hermano entrando a la sala con una manzana mordida en su mano.

—Dije que nos vas a llevar a la casa de Camila.

La cena ya había concluido, fue todo muy chévere, todo estaba delicioso, el ambiente en familia y amigos era espectacular, por cierto... los vecinos lograron llegar y aún están hablando con mis padres y los de Jade en el comedor, los Jauregui también eran muy simpáticos, tienen tres hijos, la mayor tiene mi edad.

—Ah, sí...— Suspiró dándole un mordisco a la apetitosa fruta —Dejame pedirles las llaves a mi mamá— Me guiñó un ojo alejándose con pasos largos.

—Tú hermano es lindo— Murmuró Jade, la miré con el ceño fruncido —¿Qué? Es cierto.

—Si es por eso tú también tienes un hermano muy lindo— ¡Y era verdad! Leo era increíblemente atractivo pero no era mi tipo, no me gustan las personas creídas y narcisistas que creen que tienen el mundo a sus pies.

—¿Eso crees? Puede ser atractivo físicamente pero no es nada lindo, creeme— Se dejó caer en el sillón sin quitar su mirada de mí.

—Pues...— Relamí mis labios —Conmigo es muy lindo— Concluí sonriéndole.

—Es porque le gustas— Bufó estrujando sus ojos con los dorsos de sus manos.

—También te gusto a ti ¿no es así?