Capítulo 13.

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—¿Acaso no te das cuenta de que me manchaste los zapatos, ridículo?— Empujé enojada al gafo que saltó sobre un charco de agua que estaba cerca de mi lado del patio, era Gabriel Coronel, un niño tonto de ojos claros.

Perdón...— Dio un par de pasos hacia atrás para irse casi corriendo de ahí.

Marico— Susurré para mí misma al mismo tiempo que sacudí los pies, la risa de Sheryl se hizo presente, rodé los ojos para después mirarla —¿De qué te ríes?

Nada, nada— Frunció los labios haciendo un gesto adorable.

—Odio tener que usar uniforme, en Miami no lo usaba ¿Qué vas a hacer después de clases?— Busqué en mi bolso un trozo de papel o algo para limpiarme los zapatos.

Uhmm, creo que iré al set para grabar pero aún estoy esperando a que me confirmen— Agitó el celular en mi rostro al mismo tiempo que acercaba su cara, bajó el teléfono y me dio un beso corto en la mejilla haciéndome sonreír —Así me gusta, sonriendo siempre.

—Si te dicen que no tienes que ir ¿me acompañas a Altamira a comprar unas cosas?

Claro, así aprovecho y me compro un par de sanda...

Hola, bellezas— Saludó con aires de superioridad Eugenio Keller acompañado por José Ramón Barreto.

Hola— Saludé sonriendo. Tenía una especie de crush en Eugenio desde hace algún tiempo antes de Camila y Sheryl lo sabía pero él tiene novia.

¿Cómo están?— Habló esta vez José mostrándonos su perfecta sonrisa.

Muy bien ¿y ustedes?— Respondió Sheryl mirándome por unos segundos.

—Estamos bien...— Se miraron cómplices y luego nos miraron a nosotras —¿Quieren salir a comer un helado después de clases?

Yo negué pero Sheryl asintió, ambos fruncieron el ceño —Tengo cosas que hacer... ¿recuerdas, Sheryl?— Le hice un ademan con la cabeza, ella comprendió de inmediato.

Oh, sí, iremos a comprar unas cosas— Respondió sonriéndole falsamente a ellos, miré a Eugenio como si le estuviera pidiendo una disculpa pero él no me estaba mirando a mí.

Bueno entonces será para otro día, nos vemos hermosas, cuídense— Se despidió José alejándose primero, Eugenio se despidió con la mano para después sacar su celular y seguir al otro chico.

¿Por qué dijiste que no? ¿Es tan importante lo que tienes que comprar?— Me golpeó el hombro con suavidad fingiendo estar enojada.

—Es muy importante.

¿Qué tienes que comprar?— Preguntó levantando una ceja, por alguna razón las mejillas se me calentaron a tal punto que sentí una enorme vergüenza; realmente no tenía que comprar nada importante, solo quería salir un rato con mi amiga a despejar la mente que vuelve una y otra vez a Camila pero ¿Cómo le decía eso a ella? ¿Cómo le explicaba que me enamoré de una chica mientras estaba en otro país?

—Uhmm...— Me relamí los labios dudosa, no sabía que responder, tenía la cabeza en otro lugar con nombre y apellido, en Camila Cabello.

—Estas roja como tomate ¿estás bien?— Asentí desviando la mirada a mis zapatos con manchas de suciedad para evitarla por completo —Dime que es eso tan importante que tienes que comprar, esos chicos nos gustan... ¿no viste como José me miraba? ¿No te diste cuenta como Eugenio no dejaba de sonreírte?— Bufé, giré la cabeza para enfrentarla.

Enamorada de una venezolana (Camila Cabello y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora