Luego de la corta sesión de besos nos decidimos por ver una película aunque al encender la TV estaban pasando un resumen de One Direction en el factor X, Camila gritó como gorda fan lo que me asustó un poco, pensé que le dolía algo y al contarle lo que había pensado ella soltó una carcajada. Al final ganó ella y nos quedamos viendo el resumen del programa.
Ahora ambas estábamos tumbadas, su cabeza descansaba en mi pecho, su brazo me rodeaba el abdomen y su mano estaba aferrada firmemente a mi costado lo que me evitaba moverme, ella estaba viendo el programa mientras que yo era todo lo contrario, fingía verlo cuando en realidad lo que estaba haciendo era deleitarme con el olor de su cabello, olía a avellanas y a miel al mismo tiempo, tenía una mano en la espalda de la castaña para mantenerla en ese lugar y de vez en cuando la llevaba a su cabello para acariciarlo un poco, mi brazo libre estaba colgando fuera de la cama sosteniendo con la mano una lata de Coca Cola. En ese momento éramos nosotras dos encerradas en nuestra burbuja de cristal donde solo existía la tranquilidad.
Dieron dos toques en la puerta, Camila dejó salir un suspiro de fastidio y yo reí entre dientes provocando que subiera la cabeza fijando su mirada en mí, sin pensarlo me incline un poco dejándole un pequeño beso en los labios para luego zafarme de su agarre, más le vale a quien sea que este al otro lado de la puerta que su interrupción sea por una buena razón. Con algo de pereza me dirigí a la puerta dejando la lata casi vacía en mi mesita de noche, caminé arrastrado los pies, gire la manilla asomando mi cabeza para encontrarme con mi hermano al otro lado, se había duchado y cambiado desde aquí podía oler su perfume caro.
—Mamá y papá saldrán a comprar algunas cosas ya que hoy haremos una cena en mi honor—Movió las cejas de arriba abajo, recordé lo de su disco y también que no lo había felicitado por su gran éxito por lo que me acerque a él sin decir nada que decir escabullendo ambos brazos por sus costados, Aran respondió a mi abrazo estrechándome contra él, no lo podía ver pero sabía que estaba sonriendo.
— ¿Y esto?
—Felicidades por tu logro— Me separé del abrazo con una leve sonrisa dibujada en mis labios.
Tomó mis mejillas apretándolas un poco, eso me hizo rodar los ojos divertida.
—Mamá me ha dicho que le digas a tu amiga que se quede a cenar— Miró por el pequeño espacio hacia mi habitación ya que la puerta estaba entreabierta —Tienes que presentármela, aun no lo has hecho.
Asentí lentamente abriendo la puerta por completo para que mi hermano pudiera pasar una vez que este lo hizo me quede detrás de él mirando por encima de su hombro, pude observar como Camila se sentaba nuevamente algo apenada.
—Hola, tú debes ser Camila— Mi hermano dio más pasos para adentrarse en la habitación y acercarse más a ella —Mi hermana habla muy bien de ti, soy Aran es un placer— Extendió su mano la cual Camila tomó algo insegura.
Me recargue en el umbral de la puerta mientras veía la escena, Camila estaba callada pero sonriente, sabía muy bien que lo hacía para no ser descortés.
—______ no me dijiste que tu amiga era muda— Bromeó mi hermano mirándome por encima de su hombro con una sonrisa divertida, solté una risita y negué con la cabeza.
—Déjala, Aran. Asustas a cualquiera con esa pinta de niño fresa farandulero, es normal.
Y justo allí fue cuando la risa de Camila invadió la habitación, Aran la miró al igual que yo. Esta chica sí que disfrutaba de los momentos incomodos.
—Camila, Aran quiere invitarte a quedarte a cenar... nuestros padres harán una cena extravagante ya que este chamo de aquí— Toqué el hombro de mi hermano —Va a grabar un disco.
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Enamorada de una venezolana (Camila Cabello y tú)
FanficDebería presentarme ¿o no? No se me dan bien estas cosas. Supongo que ya todos ustedes me conocen. Bueno, me llamo Camila Cabello y esta es la historia de cómo terminé enamorándome de una idiota, boba, encantadora chica venezolana. Mi "chama".