Quince

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Abre los ojos lentamente, no puede totalmente, los párpados le pesan. Siente un olor bastante agradable, le recuerda a algo, está confundida, no quiere moverse. Sin embargo llega el momento luego de unos minutos, Veronica suspira al sentir que algo se mueve cerca de su estómago, "Mierda" eso significa que se tiro a alguien y aún no se va. 

Se inclina para despertar a la persona, pero la imagen que ve la deja helada. El corazón le late a toda prisa, las extremidades le tiemblan y siente que se desmayará en cualquier momento. 

No puede ser, no, simplemente, no, no, no se mueve, no quiere despertarla, intenta calmar su respiración, lo logra luego de unos intentos. 

"Lo que faltaba" Piensa, se le enrojecen los ojos, no quiere llorar pero parece inevitable, Lucy, su Lucy, está a su lado completamente cubierta de pies a cabezas. "No te la tiraste idiota, no lo hiciste" El labio comienza a temblarle. "Por favor no" Toma valentía y lentamente retira un poco la sábana. Y fue como si se quitara un gran peso de encima. "Está vestida, está vestida, Dios gracias" Por si las dudas se mira ella, nuevamente suelta un suspiro. "Bien, bien, solo dormimos." Percibe que su compañera de cama está a punto de levantarse, así que cierra los ojos y se acurruca un poco. "Joder, que bien huele" Pasan un par de minutos hasta que nota como la chica se levanta." Siente su mirada, esta tentada a abrir los ojos pero decide seguir fingiendo, luego de un par de minutos nota como unos delgados dedos recorren su rostro delicadamente, es así por un rato, luego la chica cambia a caricias, las cosas en su estómago comienzan a moverse rápidamente y el corazón le late tan rápido que teme ser escuchada.  

Cuando nota que es suficiente decide que es momento de hacer su mejor actuación y hace una mueca para luego abrir los ojos lentamente. La escena que ve la derrite. Lucy, mirándola, con una sonrisa y los ojos brillosos. 

V: Amm, ¿hola? - No quiso sonar demasiado escueta pero según ella así sonaría si apenas se levantara y viera a la pequeña en su cama.

Lu: Buenos días preciosa. - El apodo de la chica hace que se sonroje violentamente, hasta se queda sin que responderle por unos momentos, sin embargo cuando está apunto de hacerlo, vuelve a quedarse perpleja cuando los labios de la menor impactan con los suyos, no dura más de dos segundos pero es suficiente para que en su pecho siente un rayo de felicidad, su corazón parece querer salirse, todo su cuerpo tiembla, tiene muchas ganas de reír, gritar, pero principalmente quiere volver a besarla, así que Veronica Iglesias en menos de lo que canta un gallo huye a su baño personal.  

"No mierda, ahora no" La chica se sienta en el piso del baño mientras se hace un ovillo. 

Lu: ¿Vero?

V: Lárgate. 

Lu: No Vero, por favor sal de allí. 

V: Dije vete

Lu: Yo... lo siento, siento haber hecho eso pero... también lo hicimos ayer, creí, creí que lo recordarías, lo siento. - La chica se queda piedra. "¿Ayer?" No mierda, no, no, no le contó todo ebria. 

V: ¿Qué?

Lu: Que, lo siento pero, pero tu dijiste que... y yo solo...  enserio pensé que te gustaba, lo siento, no debí fiarme. - La mayor nota como su pequeña tiene la voz un poco quebrada. - Siento haberme equivocado contigo. 

V: No... no llores Lu. - Está muy tentada a abrir la puerta, a ir a dónde Lucy, envolverla en sus brazos y besarla hasta quedarse sin oxígeno. No puede. ¿Querría Lucy a una idiota con complejos de superioridad que solo la molestaba para tener un poco de su atención? Se le escapa una carcajada, claro que no. Recuerda la primera vez que la vio, sus ojos se encontraron unos segundos para que luego los de la pequeña viajaran a los de Lauren. Esos tres o cuatro segundos bastaron para que en su mente apareciera un "Es la indicada" Luego de que las presentaran Lucy planto un beso en su mejilla, una sonrisa disimulada se le dibujo. Oh y no podía olvidar que días después decidida a llamar su atención hizo un chiste acerca de su apariencia, vio como la afecto y se sintió idiota por ello, luego cuando intentó disculparse pero huyó de ella, por alguna razón le molesto que fuera a refugiarse a donde Lauren así que la atacó de nuevo. Meses después la situación era la misma, solo que la pequeña ya no huía. solo se callaba o se enojaba en ocasiones, entonces un día Alexa la llamo para hablar. "Te gusta Lucy" Y pues no lo podía negar, solo ella lo sabía, su plan era guardárselo, no podía competir con Lauren. A medida que pasaba el tiempo se dio cuenta que la menor ya no solo le gustaba, no confesaría que estaba enamorada pero en el fondo lo sabía, le encantaba cada pequeña peculiaridad de ella, la manera tan inocente en la que veía el mundo, y aunque siempre se burlaba acerca de lo apegada que era a sus padres, en el fondo la envidiaba un poco, y a la vez moría de amor por como hablaba tan bien de ellos y como aunque no lo dijera explícitamente, se notaba que quería una relación como la de ellos,  como sonreía cada vez que pasaba algo bueno, por mínimo que sea, también le atraía como cuidaba de las personas que la rodeaban, aunque no lo merecieran, y en los tres meses que ella fue su tutora, pudo confirmar que también amaba como explicaba las cosas, o como defendía hasta la muerte su punto de vista en algún tema que le interesaba, o como no captaba sus chistes, o como se sonrojaba si lo hacía, o como fruncía en ceño cada vez que la veía hacer algo malo, y como a veces simplemente se distraía dándoles pequeñas migajas a las hormigas, podría hablar todo el día de ella, tal vez de su manera tan interesante de querer demostrar que no era tan pequeña o de como a veces parecía una niña sin darse cuenta. En fin, quería a Lucia, había intentado comparar ese sentimiento miles de veces con lo que sentía con cualquier persona, nunca pudo. 

La pizzería | CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora