Cápitulo 2

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Nuevo cap criaturitas bellas, espero les guste y lo disfruten...


Harry abrió los ojos con pesadez unos segundos para volver a cerrar los ojos y así mismo ponerse boca arriba, se rascó la cabeza y dejó caer violentamente la mano, abrió los ojos con rapidez, acción que le retumbó hasta la cabeza pero eso no fue lo que le hizo levantarse cuál resorte. Su mano, la mano que dejó caer pesaba y eso no era todo; se dió cuenta que el otro lado de la cama estaba tibio. Alguien había estado ahí, pero quién?

Vio a su alrededor desorientado, no era su habitación. Más bien parecía la de un hotel, bastante lujoso por cierto. Estaba desnudo, lo comprobó al ver debajo de las sábanas. Se levantó y tras de un par de pasos sintió la típica sensación de arcada tras una borrachera monumental. Su olor a resaca lo asqueaba a el mismo, seguramente a quien limpie el cuarto también. El espejo le presentaba un reflejo bastante demacrado, tenía ojeras y rojés en los ojos. Los labios secos y un hueco enorme en el estómago. ¿Qué mierda sucedió la noche anterior?

No lograba recordar nada, y entre más lo intentara más le dolía. De pronto su pecho llamó su atención, tenía marcas casi púrpuras, sobre los brazos, su cadera. Se medio giró para ver su espalda y efectivamente, también tenía marcas de arañones. ¿Se había acostado con un gato? 

Dió un par de vueltas por la habitación pero no había nadie, obviamente, ni nada que le diera una pista sobre con quién...

Su ropa estaba sobre la silla y comenzó a vestirse lentamente, hasta ese momento se dió cuenta de lo mucho que costaba mantenerse en pie luego de una borrachera. Cuando se sintió mejor se alistó para salir y por costumbre reviso todos sus bolsillos. Llaves, billetera, encendedor, bolígrafo, varita, pastillas negras de menta fuerte... Sonrió al verlas. Al ponerse la chaqueta cayó una pequeña tarjeta, seguro de presentación, las piernas se le doblaron y el aire escapó de sus pulmones ruidosamente, imágenes vagas llegaban a él más no lograba conectar los pensamientos, eso le causaba aún más dolor.  No, no y no. Eso no le estaba sucediendo.

¡Mierda, mierda, mierda! - se jalaba el cabello con desesperación.

Salió tan rápido como su estado se lo permitía. ¿En qué puto momento sucedió? Vio la hora en su celular, estaba bastante retrasado para el turno de la tarde. Intentó apresurarse a un callejón y desaparecer sin embargo no lo logró, sintió que su estómago, su hígado y todas sus viceras saldrían expulsadas con violencia. Se recargo a tomar un poco aire.

Caminaba por el ministerio tan rápido que no ponía atención con quién chocaba, solo se disculpaba a medias. Cada tanto veía a su alrededor como si alguien estubiera siguiéndolo.  En algún momento del camino se le ocurrió que aquello podría ser una broma. Así que buscaba sospechosos, se le ocurrió que el culpable era Ron pero ni siquiera el pelirrojo era capaz de tanto, de una broma así.

Harry, hola- Ginny llevaba un montón de pergaminos que cayeron al suelo cuando chocaron, la jaló del brazo e igual veía a su alrededor - Harry los pergaminos.

Los hechizó para que le siguieran, Ginny y su manía de hacer las cosas manualmente o como decía Ron, a lo muggle.

¿Qué sucede? - preguntó un tanto asustada por la actitud sospechosa del oji-verde.

¿Hermione está en su oficina?- entró sin tocar y sin esperar respuesta, la castaña estaba sobre el escritorio sentada con las piernas cruzadas mientras hojeaba un libro.

Harry estás lastímandome- Ginny se rió de su expresión al darse cuenta que era era cierto.

Lo siento...- revisó la oficina y murmuró un par de revelios pero no encontró nada. Aseguró la puerta e insonorizó- ¿qué sucedió ayer?

Amor MioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora