Nuevamente se le había hecho tarde. Corrió lo más rápido que le fue posible y suspiró aliviado al ver a Boruto sentado afuera del portón.
-Casi media hora tarde- le hizo notar el menor. -Le diré a papá.
Naruto tomó la mochila del piso, haciendo omisión a la amenaza. En otra circunstancia se habría deshecho en un mar de excusas, pero lo cierto era que se sentía agotado.
Empezó a caminar sin darse cuenta de que Boruto no lo seguía. Y no frenó su andar hasta que oyó la voz del menor haciendo eco a sus espaldas.
-¡Eres un mal padre!
Naruto se devolvió al instante. Sus labios se entreabrieron en señal de estupefacción al ver la fotografia que Boruto ondeaba en el aire. Algunos estudiantes de grados superiores, quisieron ver de que se trataba.
-Boruto, por favor.
Era la fotografia que le había tomado días antes, cuando la reunión en el restaurante tuvo lugar y en la cual se apreciaba a un encandilado Naruto, vestido de mujer.
-Tienes que darmela- el alboroto fue inminente. Entre más trataba de quitarsela, Boruto hacía más escandalo con ella, exhibiendola a quien pasara cerca suyo, corriendo y esquivando todo intento de su hermano.
Hasta que ya cansado, y sintiendose terriblemente humillado por las risas ajenas en derredor, Naruto dejó de perseguirlo. Se sostuvo las rodillas y procuró normalizar su respiración. Al incorporarse, su cuerpo se paralizó. El sobrino de Madara acababa de salir del colegio, su temple serio y maletin en mano.
Angustiado, Naruto le observó encaminarse con expresión estoica hasta Boruto para arrebatarle la fotografia por detrás. Lo hizo en un solo movimiento, fugaz como el rayo.
La confusión de Boruto se convirtió en admiración al percatarse de la presencia del adulto.
-Sensei- hizo una reverencia, sin embargo, el aludido pasó de largo, yendo en dirección del Uzumaki.
Este se ruborizó y optó por mirar hacia otro lado. Demasiados sucesos vergonzosos para una sola vida.
-Esto es tuyo- no fue un cuestionamiento en si, era una afirmación.
Apenado, Naruto recibió la instantanea en sus manos. Estaba por decir algo cuando Sasuke siguió su camino sin devolver una sola vez la vista atrás.
-Es mi nuevo Sensei, papá. Y es increible- Boruto llegó poco después, como si la escena que había protagonizado, no tuviera lugar.
Que cansado era representar una figura paterna. Lo cierto era que Naruto se sentía bastante desgastado. Echaba de menos a sus padres, pero apenas podía recordarlos. Por ello se había jurado darle una buena vida a su hermano pequeño. Quería que Boruto sufriera lo menos posible. Se había comprometido no solo a cuidarlo y protegerlo, sino a cumplir el rol ausente de sus padres, como ellos hubieran querido que hiciera.
-Vamonos, Boruto- murmuró, algo indignado por la vergonzosa escena que había tenido lugar. El menor señaló nuevamente la fotografia en sus manos.
-¿Qué dice?
Naruto giró la imagen, sintiendose primero confuso, después alarmado. Su rostro entero se tiñó de un suave carmín. Dobló velozmente la fotografia y la guardo en el borde del pantalón.
Era un numero telefonico.
**Se apoyó en la almohada cuando Madara lo tomó firmemente de las caderas para penetrarlo. Los fuertes embates dieron lugar poco después.
Desde los primeros meses de su matrimonio, Naruto había ido acumulando quejas y más quejas que logró encerrar bajo llave en sus más recónditos pensamientos.