XIII

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-Cuando Madara se casó con Kaguya, jamás imaginó que ella lo traicionaría. Transcurrió un año antes de que Kaguya huyera con su parte de la herencia. Tan solo desapareció, y al no poder divorciarse, Madara perdió inevitablemente la mitad de sus bienes.

Naruto observó el acta de matrimonio, escéptico.

-No es posible- murmuró. -No es posible que ella sea mi abuela.

Ignorando lo dicho, el individuo se hizo nuevamente con el acta.

-Kaguya no solo se llevo parte de la riqueza de Madara. Ella drenó los fondos del clan Uchiha. ¿Puedes imaginar el castigo que se le impuso a Madara por ello?

Naruto negó despacio.

-Lo nombraron líder del clan para mantenerlo vigilado y a merced de un constante estrés. Pero entonces te encontró a ti, Naruto. El nieto legítimo de Kaguya Otsutsuki. Ella inclusive cambió su apellido antes de contraer nupcias con Madara.

Naruto estaba meditabundo, y por más que lo intentaba, no podía procesar la información, ni mucho menos el hecho de que Madara decidiera llegar tan lejos.

-Madara tuvo que comenzar de cero luego de que Kaguya lo dejara en banca rota. Dedicó gran parte de sus ganancias para obtener información sobre su paradero, pero solo pudo vincularla con uno de sus hijos- hizo una pausa y miró a Naruto a los ojos. -Minato Namikaze. Y sus dos herederos, los cuáles fueron dados en adopción.

Nuevas lágrimas descendieron por las mejillas trigueñas.

Sus sospechas si habían sido acertadas después de todo. Pero ya era tarde para arrepentirse. Y dolía muchisímo haber caído en semejante trampa.

¿Por qué no había huído antes?

¿Cómo pudo estar tan ciego para permanecer al lado de una persona que no amaba?

-Pues bien, tengo en mi poder un boleto de autobus en contraposición a los suburbios, sin molestas escalas y lógicamente, sin retorno- se detuvo para estudiar el semblante dubitativo de Naruto. Despues continuó. -Podrás instalarte fácilmente una vez que llegues, las rentas no son costosas y el trabajo abunda.

-¿Por que haces esto?- Naruto frunció el ceño con desconfianza. Ciertamente no tenía alternativa que aceptar. Regresaría a buscar a su hermano y se llevaría algunas de sus pertenencias. Escaparía por la madrugada. Se alejaría de todo, volvería a instalarse y empezaría de cero.

Ignorando la pregunta, el sujeto de la máscara sacó una navaja de sus pantalones para proceder a cortar los nudos correspondientes. Naruto agachó la mirada cuando se vio libre.

-Tomálos y usalos. Aún estas a tiempo de salvarte de la humillación. Madara es un tipo implacable, un verdadero mounstruo cuando se lo propone. No le des la oportunidad de acabar con tu autoestima.

Naruto tomó los boletos y los inpeccionó de cerca para corroborar que fueran auténticos. Era su oportunidad para escapar y hacer su vida lejos. Se llevaría a Boruto consigo y dejarían todo atrás. Se olvidarían de la pesadilla que conllevaba vivir bajo el mismo techo de Madara Uchiha.

-Pero...no tengo como llegar- pensó en voz alta.

-Te dejaré cerca de la mansión, ya hice mi buena obra del día y no quiero que sea incompleta.

**

Estaba completamente empapado, los cabellos negros le caían dispersos sobre el rostro, pero la preocupación de Madara distaba mucho de su aspecto o salud en esos momentos. Apenas se detuvo a echar un vistazo en el interior de cada sección de la casa para corroborar que Naruto no estuviera.

Érase una vez, una familia infeliz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora