Conociéndose

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Era muy extraña la familiaridad con la que se trataban pero ninguno de los dos quería hablar de eso.
Sakusa había quedado en ir Lunes, Miércoles y Viernes a verlo para no exponerse tanto todos los días y Atsumu estuvo de acuerdo en ello.
Aquel Miércoles el pelinegro había llegado con un bote de helado en manos.
— Cada vez que vengo tengo ganas de helado... – explicó él.
Atsumu sonrió amargamente.
— Cuando Momo venía... Compraba uno de la esquina sin falta – contó el rubio.
— Es la primera vez que hablas de ella – observó Sakusa.
— Me cuesta trabajo hablar de ella – admitió Atsumu.
— Quisiera poder hacer eso... Pero son demasiados gérmenes en una comida... Al menos sé que este bote es confiable – desvió la conversación el pelinegro — Tardaré un poco en servirnos... –
Atsumu se sentó en el piso de la cancha a ver lo que hacía.
Se quitó los guantes y los dejó a un lado.
— Los guantes no importan... Están sucios de todas formas... Solo tengo una mano limpia, no toqué los guantes con esa así que... – comenzó a explicar sacando un gel antibacterial de una mochila, lo colocó en su mano y talló ambas con meticulosidad — El bote también está sucio ahora... Porque lo toqué con los guantes... – siguió, tomando ahora de la mochila una bolsa con un trapo adentro, sacó el trapo con cloro y limpió el bote, lo levantó y limpió abajo así como una gran parte de la banca al lado de él y volvió a poner el bote ahí. Guardó el trapo en la bolsa de nuevo, tomó más gel antibacterial y se limpió de nuevo.
Sacó de la mochila una cuchara para helado y un par de vasos que puso en la parte limpia de la banca.
Abrió el helado y comenzó a servirlo en los vasos.
Se aseguró de que tuvieran la misma cantidad, sacó ahora unas cucharitas y las puso arriba del helado.
Se paró... Caminó seis pasos a su lado izquierdo y puso ahí el vaso sobre la banca para luego regresar a su lugar.
— Siéntate a mi lado... – le dijo a Atsumu, quién sonrió evitando una risa porque claramente aquello no era exactamente a su lado...
Sakusa suspiró y lo pensó dos veces antes de quitarse el cubrebocas... Lo puso en una bolsa aparte y volvió a desinfectarse las manos.
— Oy... Es la primera vez que te veo sin cubrebocas – señaló Atsumu.
— Mejor no me hagas pensar en eso... Quiero disfrutar mi helado – dijo seriamente mientras tomaba un poco — Tiene mucho tiempo que no como uno... – siguió diciendo.
— ¿Por qué? – dijo el rubio con curiosidad.
— Bueno... Mi dieta es muy estricta desde mi operación – explicó.
Atsumu lo vió sorprendido.
— ¡¿Te operaron?! – gritó.
Sakusa solo asintió con la cabeza.
— ¿De qué? – preguntó Atsumu, definitivamente eso había captado su atención.
— Otro día te digo – contestó el pelinegro negando con la cabeza.
Ninguno volvió a hablar por un tiempo mientras comían el helado, al final Sakusa suspiró.
No sabía bien cuánto tiempo podría mantener la farsa de no saber que tenía el corazón de aquella chica, le había quedado claro hacía un mes cuando conoció a Atsumu.
Había salido a caminar en la tarde porque aquel recuerdo en forma de sueño lo había agotado, había comenzado a seguir su ruta normal cuando se desvió por completo.
Era el instinto el que lo había hecho llegar a la cancha mientras que como sombras iba viendo el recuerdo de Momo al pasar por ahí, cómo compraba su helado y se metía a la cancha a ver practicar a Atsumu.
No se dio cuenta de que había llegado ahí hasta que vió al rubio practicando con furia, comenzó a llorar.
Realmente lo había extrañado mucho, normalmente Sakusa se sentía intranquilo todos los días pero cuando comenzó a hablar con Atsumu sintió una paz inexplicable.
Por eso había aceptado seguir viéndolo, pero sabía que probablemente no era buena idea que un receptor de órgano conviviera con un familiar del donador...
Sobretodo tratándose del corazón...
Y también sabía que tarde o temprano Atsumu sabría la verdad.
De todas formas, había dejado público su nombre y residencia para la familia del donador.
Así que no le sorprendió que tal y como predijo...
Días después Atsumu se había presentado en la puerta de su casa.

Mientras tu corazón siga latiendo ~FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora