Nueva Varita

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Ahora estaba fuera de una tienda de varitas de homesmade, como hoy era el castigo no me podía dar el lujo de conocer al señor oscuro sin varita, así que estoy frente a "Varitas Ollivander: Sede secundaria", esta tienda era dirigida por una asociado de Ollivander, así que no habría problemas de calidad en mi varita.

En esta visita no estoy acompañado, si hogwarts era lo suficientemente irresponsable como para dejar que unos niños entren al bosque prohibido, yo no veía el problema de venir solo. La puerta de la tienda se abrió con un leve chirrido, como la sede principal las cajas de varitas estaban hasta el techo pero un poco más ordenadas que la otra tienda, impresionantemente había un mostrador de caoba donde reposaba unas cuantas cajas de varitas, y un joven de 25 años estaba sentado al otro lado del mostrador mientras esperaba clientes.

—Buenas, esta abierto?

—Si, esta abierto, ocupa una varita, señorita?—el hombre de mirada amable y servicial, mientras miraba con leve asombro la belleza frente a sus ojos

—Señorito—corrigió

—Disculpa?

—Que soy un señorito, no señorita—después de decir eso el muchacho se le enrrojecieron levemente las mejillas y en disculpa respondió ante su error.

—Disculpe no era mi intención... Entonces diestro o zurdo?

—Diestro—con solo decir eso se adentró dentro de las cajas, sacando una caja, abriendola y dándome a probar.
—Madera de Pino, fibra de corazón de dragon, 23 cm—Con una agitada de muñeca hizo que el suelo de madera floreciera con ramas llenas de flores.

—Wow jamás había visto que una reacción fuera tan poco destructiva, pero aún así no eres compatible, no hay alguna madera o núcleo en especial que quieras usar?

—Que tal Acebo?

—Madera de Acebo, pelo de unicornio, 27 cm/Madera de Acebo, pluma de fénix, 17 cm... —así pasaron dos horas, donde ninguna varita funcionó, trataron de cambiar la madera o hasta intentar con una varita de doble núcleo pero no hubo resultado

—Perdón, lo siento tanto, apenas soy un aprendiz así que no soy tan bueno como el señor Ollivander, el maestro me dijo que cuando pase eso... Ah! Sígueme, cuando sientas algo extraño me dices—caminaron hacia dentro del local, lentamente pasaban por pasillos llenos de miles de cajas de varitas, caminaron por un rato cuando de pronto sintió una perturbación en su magia.

—Aquí! En ese pasillo—pararon frente a un pasillo donde había muchas varitas en cajas negras, en joven se puso un poco nervioso pero aún así camino hacia adelante junto a Kai, mientras más se adentran el sentimiento se hace más grande hasta llegar a sentir un hormigueo en su pecho. Pero cuando llegó donde su magia lo guiaba, solo encontró una pared, el joven estaba mucho más nervioso, mi mano se acercó...

—Espera! Dejame llamar al Señor Ollivander, vamos—Salieron del pasillo y llegaron a una pequeña sala donde había una gran chimenea. El joven tomó una hoja, escribió en ella y con un casi inaudible hechizo el papel se dobló como origami hasta parecer un pequeño gato que pasó por la chimenea mientras que el joven tiraba polvo flu.

No pasó mucho cuando el señor Ollivander apareció a través de la chimenea con una leve sonrisa al verme—así que eres tú él que ella escogió, ha~ sabes en que pasillo estabas? —su mirada extasiada y curiosa no se podía ocultar de su cara, y una pequeña lagrima pasó por su mejilla

—No, señor—aunque no le haya dicho ni un "hola" no le molesto, porque estaba mas interesado en el porque de la presencia del sabio anciano

—Te voy contar una historia... Hace tiempo en mi juventud, yo era un joven lleno de imaginación, con mis experimentos llegué a crear las primeras varitas de doble núcleo, aún con las adulaciones de la gente estaba insatisfecho, quería innovar, explorar todos los secretos de las varitas (aunque aún no lo he logrado) así que liberé mi mente para trascender mi arte de las varitas, logré crear aleaciones de maderas por medio de alquimia y creé muchas varitas poderosas, pero lamentablemente ninguna de ellas eran compatibles con ninguna persona, el hecho de unir dos maderas hacía que hubiera un error en la naturaleza de la varita, haciendo que sus requerimiento fueran muy grandes para un humano normal, el pasillo donde entraste están todas esas varitas, uniones de 2, 3 y hasta 4 maderas y muchas con convinaciones tan contradictorias que llegarían a matarte si la intentaras tomar sin su permiso.

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