El Bosque Prohibido

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REGRESE!!!

Advertencias: Lenguaje inapropiado, violencia explicita, alegorías al aborto y lo que podría considerarse amenazas de violación por parte de Sandalphon...¡Prometo que no fui tan explicita!


ooOoOoo


Aziraphale guardó su aromática pomada de miel y lavanda en el desordenado tocador. Tomó el libro que había estado leyendo y se sentó felizmente debajo de las suaves sábanas blancas de algodón egipcio.


El pequeño rubio tenía una importante cita con una tisana de manzana con plátano y coco. Después de tanto tiempo sufriendo a manos del niño Crowley, Aziraphale estaba seguro que merecía un pequeño espacio para sí mismo.


Así que, con una delicada tacita de porcelana entre las manos, su piyama favorita y el Malleus Maleficarum en el regazo, Aziraphale se arrebujó felizmente entre las mantas de colores y comenzó a leer. O ese era el plan hasta que las antorchas se apagaron.


"No puede ser...", gimió en la oscuridad apretando levemente su taza.


Una de las muchas ventajas mágicas de su habitación, como le había dicho Raphael su primer día en Hogwarts, era que estaba completamente insonorizada. No importaba lo mucho que gritara, llorara o leyera en voz alta, nunca nadie lo escucharía. Otra ventaja es que los elfos sabían cuando salía a clases y por lo tanto, recogían todos los días las tazas de té que Aziraphale pedía antes de dormir. Y por último, las luces se encendían y se apagaban solas cuando la habitación ¨sentía¨ que Aziraphale lo necesitan.


Normalmente, Aziraphale al sufrir de insomnio, leía todas las noches acostado en la alfombra o sentado al escritorio hasta sentir un poco de sueño. Pero hoy. Hoy. Hoy que era la primera vez que Aziraphale leía en la cama, las luces se han apagado sin su consentimiento.


Tener las luces mágicamente apagadas no sería un problema para un mago común.


El problema es que Aziraphale estaba lejos de ser común.


Con un pequeño gruñido dejó su taza sobre la negra cómoda a un lado de la cama, tratando de no derramar el líquido sobre su montaña de libros y pergaminos antes de pensar en donde había dejado la varita.


¿En el tocador? No ¿En la alfombra? No, no... ¿En su bolso? No, ya había guardado su tarea...


"Necesito un poco de luz", gimió pasando los dedos por su rostro como si eso fuera a servir de algo.


Y en ese momento, un extraño y ardiente escalofrío recorrió su columna vertebral. Sin poder ni siquiera gritar, Aziraphale inmediatamente se arrojó fuera de la cama tirando su libro y algunas cobijas en el proceso. Magia . Magia agresiva, explosiva. Magia que no le pertenecía corrió por cada terminación nerviosa de su cuerpo. Sus labios se abrieron llenos de terrorífico asombro mientras sus venas se consumían por espesa lava, llevando un peligroso fuego que ardió como carbón encendido en su corazón, hasta derretir cada uno de sus nervios.

Una metamorfosis .. // Maridos inefablesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora