Uno

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...-¿Dónde estás bonito?, ven, deja que te vea... Ven con papaito-susurraba Mew Suppasit escopeta en mano.

Esa tarde el aficionado cazador había salido al bosque, como tantas otras veces había hecho junto a su grupo de amigos, en la época de caza, ya que era su hobby favorito.

Adoraba esconderse y esperar sigiloso a que algún animal, fuese ciervo, conejo, jabalí o incluso alguna ave, lo sorprendiera y le diese una buena tarde dejándose atrapar.

Amaba la adrenalina que le recorría el cuerpo, cada vez que lo hacía y tras unas horas de intenso desasosiego por controlar la situación, con suerte conseguía llevarse a casa a su ansiada presa.

Esa tarde, había topado con una pieza muy escurridiza, un ciervo de piel dorada y bella cornamenta que luciría magestuosamente en la pared central de su salón, encima de su hermosa chimenea de leña.

Ese lugar lo reservaba para un ejemplar especial y al parecer lo había encontrado, solo que le estaba costando más de lo que había pensado.

Este escuchó unos ruidos tras la espesa maleza y creyendo que era su ciervo deseado se separó de grupo pero pronto llegó a una parte del bosque en la que nunca había estado.

-¿Dónde estás precioso?, deja que te vea-susurró de nuevo.

Al apartar nuevamente otra enorme rama de maleza por fin lo vio, rápidamente apuntó intentando no hacer ruido pero el ciervo se asustó con un leve sonido y se le volvió a escapar.

-¡Maldita sea!-maldijo muy molesto.

El hombre siguió caminando sin importarle que faltaba poco para oscurecer, ya que estaba empeñado en conseguir al hermoso ciervo.

Cada vez se adentró más y más en la oscuridad del bosque, sin percatarse que los demás cazadores, ya estaban juntándose para irse a casa.

De repente, escuchó lo que pareció un gruñido aunque no le dio importancia pues pensó que sería el viento.

-No me iré sin ti precioso, me da igual pasar la noche aquí...tienes que ser mío-dijo apuntando hacía donde había escuchado el ruido.

Hubo un silencio y luego volvió a escuchar otro gruñido claramente, el cual le heló la sangre, entonces se giró y caminó de espaldas sin dejar de apuntar hacia todas partes ya muerto del miedo pero entonces tropezó con algo duro.

-Oh mierda, joder... ya me quedé sin mi premio-dijo muy apenado al ver tendido el hermoso ciervo que había estado persiguiendo durante horas.

Las tripas de este estaban esparcidas por la hierba y su hermoso pelaje dorado ahora estaba teñido con su sangre.

-¡Maldita sea!, algún bicho se me ha adelantado-maldijo-... todo este tiempo perdido para nada...bueno, debo largarme de aquí o no veré el camino de vuelta-dijo percatándose de lo tarde que era.

Mientras, a pocos metros de sus coches, los amigos y compañeros de Mew, lo llamaban insistentemente en la oscuridad, la cual debido a las espesas nubes que había en el cielo, no dejaban ver nada.

Preocupados, se dispersaron llamándolo pero apenas pudieron alejarse unos metros para buscarlo pero luego de casi una hora, este no contestaba ni tampoco aparecía.

De repente, escucharon un enorme rugido, mientras unos ojos rojos los observaban de entre maleza.

...-¿Qué demonios es eso, AA?.

-No tengo ni idea, Tay

-Vayamos a buscar ayuda-dijo entonces Mild intentando usar su móvil pero sin suerte, ya que en esa parte del bosque no había cobertura.

-Joder, creo que es un lobo o un oso hambrientos... muchachos subamos a los coches, puede que Mew ya esté allí y si no es así, regresaremos a buscarlo con la guardia forestal-dijo New bastante asustado.

-Está bien, regresemos.

(...)

Mew seguía andando entre la oscuridad, intentando ver a sus amigos o a alguno de los perros pero nunca llegó a junto ellos pues estaba dando palos de ciego y solo andaba haciendo círculos.

De repente, un nuevo y estremecedor gruñido se oyó más cerca y este entonces optó por dar dos tiros al aire para espantar a las bestias nocturnas pero eso no sirvió de nada pues el siguiente gruñido fue aún más fuero.

-Oh joder, moriré aquí por estúpido, ojalá hubiese dejado al ciervo...podría haberlo buscado otro día.

Tras susurrar esas palabras, de repente en medio de la oscuridad, distinguió unos brillantes y temibles ojos rojos, los cuales lo miraban fijamente y se le acercaban más y más.

-¡Vete!, ¡alejate!, ¡yo no quiero ser tu cena!-gritó asustado mientras intentaba cargar la escopeta de nuevo con los dos cartuchos de su mano temblorosa.

De repente, las nubes se dispersaron y dejaron que la luz de la luna llena lo iluminara todo, entonces este pudo ver claramente frente a él, al ser de los ojos rojos, el cual no era un oso, ni un coyote, sino que era algo mucho peor, parecía un enorme lobo pero tampoco lo era del todo.

-A-Alejate, no me lastimes... Pu-Puedes acabarte al ci-ciervo si quieres, po-por favor no me hagas dañ....

Mew no pudo terminar la frase pues el feroz animal se abalanzó sobre él y le clavó sus afilados colmillos en el cuello.

El cazador sintió un dolor horrible y pensó morirse pero entonces escuchó las voces de sus amigos llamándolo y a los perros que ladraban acercándose.

Seguidamente, se oyeron varios disparos y entonces el extraño animal se asustó y huyó dejando a este muy mal herido.

-¡Mew!

-¡Mew!

Este alcanzó a vocear un grito de dolor, el cual alertó a uno de los guardias forestales que habían venido.

-¡Aqui!, ¡está aquí! - gritó este al acercarse.

AA fue el más rápido en llegar a su llamada.

-¡Oh Dios!, ¡corred!, ¡un animal lo atacó!.

Rápidamente, este se sacó la chaqueta con la que le taponó la herida.

Los demás los alcanzaron y entre todos lo levantaron y lo llevaron hacia los jeeps.

-¡Rapido!, ¡Debemos llevarlo al hospital cuanto antes o su amigo se desangrará!

-¡Si!, ¡Si!, ¡Vamos chicos!, ¡Vamos ya!.

......

Holis, hasta aquí esta intrigante y emocionante historia.
Espero que os guste mucho.
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21. Marcado -Mewgulf -Hombres Lobo TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora