Jeon JungKook es un hombre de treinta y tantos años inteligente, atractivo, divertido y romántico que ha tenido una vida amorosa bastante decepcionante y que está luchando para tomar mejores decisiones de su vida. Su último romance desapareció, y ha...
—Hola Kim MinGyu. Soy JungKook. Jeon JungKook, de la preparatoria.
El chico no iba a detener sus planes, ni por YuGyeom ni por nadie más. Estaba decido a encontrar a su chico perfecto, al que había estado buscando y que tanto le había costado encontrar... O bueno, a YuGyeom le costó. Cómo sea. Al fin había llamado a MinGyu, y este amablemente lo invitó a cenar un restaurante elegante.
Rentó un traje sencillo y peinó su cabello como mejor pudo. Bastante satisfecho con su aspecto, se dirigió al lugar. Esperó algunos minutos a que llegara. Algo nervioso comía un pan discretamente, pero dejó de masticar y abrió sus ojos cuando vió a MinGyu entrar al restaurante. Habló con uno de los camareros, este apuntó a su mesa y Kim finalmente cruzó mirada con él. JungKook saludó con su mano y sonrió.
Mientras lo veía acercarse se sentía más nervioso, aquel hombre guapísimo destacaba a cada paso que daba.
—JungKook. —Dijo feliz cuando llegó a su mesa. Elegante, con su traje caro y sonrisa perfecta. —MinGyu. —Sonrió tontamente. El hombre de ensueños estaba justo frente a él.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Mis hermanos eligieron los negocios, y cuando mi padre me pidió que administrara la fundación fué algo más natural en mí. Siempre he sido mejor dando dinero que produciendo dinero. —Kook asentía a todo lo que decía—. ¿Estoy divagando? Me estoy escuchando divagar. —Kim rió apenado. —No. —Negó rápidamente sonriente—. Un poco, pero es interesante. —Y bueno, ¿a qué te dedicas? Hasta dónde supe estabas en marketing. —Sí, en realidad, ahora estoy buscando otro empleo. —Solo me hubieras dicho, te conseguiré una entrevista en dos segundos. —Gracias. Pero en realidad estoy pensando en un cambio. —¿Cambió? Claro, ¿qué te gustaría hacer? —Indagó realmente curioso. —Bueno, hago unas esculturas. —Sonrió tímido—. Son unas pequeñas escenas urbanas extrañas. Es difícil de explicar, tendría que mostrártelas. —Me encantaría verlas.
JungKook ensanchó su sonrisa.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
JungKook iba a reunirse nuevamente con su hermana en un restaurante. Dándose cuenta de que la mesa en la que estaba era más grande y había varios platos y copas.
