Jeon JungKook es un hombre de treinta y tantos años inteligente, atractivo, divertido y romántico que ha tenido una vida amorosa bastante decepcionante y que está luchando para tomar mejores decisiones de su vida. Su último romance desapareció, y ha...
Las siguientes semanas transcurrieron entre citas lujosas, cámaras y flashes por todos lados. Pero JungKook no podía dejar de ser JungKook aunque lo intentara.
—Uh, ¿esas son mini hamburguesas? —Emocionado tomó una de la bandeja que llevaba un mesero. —Miró a MinGyu un poco apenado—. ¿No quieres una? —No, gracias. —Negó sonriente.
Kook le dió una pequeña mordida sintiendose un glotón. Así que cuando otro mesero pasó con un par de copa de vino blanco las tomó y dejó su hamburguecita, dándole una a MinGyu.
Era incómodo.
A veces, por las noches, al llegar al casa, exhausto de fingir, de las corbatas y del ambiente, se quedaba mirando a la ventana, preguntándose en qué momento su vida se había convertido en eso, ¿cuándo había dado ese enorme giro?
No sabiendo, que tan sólo unos metros sobre su techo, se encontraba YuGyeom, mirando el mismo cielo que él, aburrido mientras bebía cerveza y traba de componer música sin mucho éxito. Algo lo perturbaba, lo peor es que sabía qué era.
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El día de la boda salía apresurado de su departamento, con su brillante traje bien cuidado dentro del protector.
Justo al mismo tiempo, frente a él salía YuGyeom, con un traje sencillo, aún sin arreglar su corbata.
Ambos sorprendiendose un poco al verse después de un tiempo.
—YuGyeom, hola. —Sonrió. —Hola. —Le devolvió la sonrisa, pero se giró para cerrar su puerta. —Qué sorpresa verte aquí, tan elegante. ¿A dónde vas? —Uhm, a una boda. —Dudó un poco en decirle—. Tú también, ¿no? Hoy es el gran día de JiHyo. —Sí. Vaya... ¿irás a una boda también? Que raro. ¿Quién se casa? —Indagó dando unos pasos hacia adelante con la intención de conversar. —No los conoces. —Kim lo evitó y comenzó a bajar las escaleras. —Oh. —JungKook se sintió un poco herido—. ¿Tienes pareja o algo así? ¿Ya sales con alguien? —YuGyeom se detuvo en seco. —No te preocupes por eso, JungKook. —Lo miró molesto y continuó bajando.
JungKook se maldijo. Tal vez no era un buen tema de conversación después de todo.
—¡No bebas demasiada champaña! —Intentó pero el chico apresuró su paso, casi corriendo.
Se mordió el labio. De acuerdo, definitivamente no quería hablar con él.
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