Desde el abismo♥

Séptimo capítulo.

Séptimo capítulo

Pete estaba teniendo una pesadilla. De eso estaba seguro. Imaginó que su padre Nine en cualquier momento abriría las puertas, correría las cortinas para dejar entrar el sol y lo despertaría. Él haría un pequeño berrinche como todas las mañanas para dormir unos minutos más, pero al final se levantaría. Bajaría a desayunar con sus padres. Los observaría mientras ellos se demostraban cariño y fingiría no escuchar las palabras que su padre Joong le susurraba al oído a su marido. Pero nada de eso pasó.

Pete se despertó e instintivamente quiso mover las piernas y brazos, sólo un segundo bastó para darse cuenta que eso no iba a pasar, sus extremidades estaban siendo retenidas por una soga a los extremo de una cama. Trató de mirar su cuerpo y agradeció que no le había quitado la ropa. ¿Tal vez lo dejaría ir? ¿Será que solo quería dinero de sus padres? Ellos no tenían mucho, vivían una vida simple y cómoda, pero a lo mejor....

-Hola amor, ¿despertaste?- lo vio acercarse y sentarse en el lateral de la cama. Su agresor extendió la mano y tocó un punto doloroso en la sien del omega.

-Mira, mira lo que tuve que hacer..., porque no te portaste bien Pete?

El pequeño omega solo podía mirar sin entender, trató de mover la cabeza del toque del otro, pero eso generó un dolor que lo hizo estremecerse.

-¿Por qué...

-¿Por qué? te lo dije amor, vamos a estar juntos. Yo no quería que fueran así las cosas, es todo tu culpa. Crees que no se lo que estabas planeando? - su voz empezó a elevarse y puso su cara por encima de la de Pete, pegando su aliento a su rostro.- ¡Estabas coqueteando con ese mocoso! Lo se, se cual eran sus intenciones Pete, y no sabes que eres para mí?. Te esperé, se que eres menor así que te esperé, no quiero que nadie diga que ando detrás de niños. Pero tu eres especial Pete. -comenzó a recorrer el pecho del pequeño con una mano.- te esperé y hubiera esperado tu primer celo, lo hubiéramos vivido juntos...

El pequeño no soportaba, estaba asqueado de las palabras, asqueado de su aliento en el rostro, de la mano que trataba de colarse por debajo de su uniforme. No podía hablar, asistía incrédulo y temeroso a su propio infierno mientras el alfa que tenía delante de él proseguía con su monólogo.

-¿Sabes que sé todo sobre tí?, leí tu historial médico, sé que todavía no llega tu primer celo, y puedo olerlo -olfateó- puedo sentir que tu aroma todavía es suave, pero ya no tarda y ¡cómo vamos a disfrutar ese momento juntos mi amor!- dio un pequeño brinco y terminó a horcajadas sobre Pete.-pero como se te pudo ocurrir hablar con ese alfa, creíste que no me enteraría? ayyyy Pete, se todo de ti, esto también lo iba a saber, no puedes andar así de puta cuando me tienes a mí.

Las lágrimas del omega empezaron a caer mientras la lengua del alfa comenzó a recorrer su cuello.

-No llores amor, no tengas miedo, todavía no voy a marcarte. Ese día va a ser un día especial, vas a estar radiante cuando deje mi marca en tu cuello, te va a encantar.

Pete empezó a desesperarse y mover las piernas con fuerza cuando escuchó las palabras del alfa.

-Basta Pete, ¡basta!- gritó mientras le pegaba una cachetada seguida de otra más fuerte.

-No por favor...no- susurró.

-Si amor, si, te va a encantar. Perdón, no quería pegarte, pero no me gusta como te estás portando.

Volvió a colocarse sobre Pete y se recostó sobre él.

-¿Ves como me pones?- empezó a frotarse contra el pequeño, aún con su ropa puesta- estoy excitado por tu culpa, siempre me hiciste lo mismo, desde la primera vez que te vi, el uniforme me vuelve loco -cada vez se frotaba más fuerte y empezaba a gemir mientras que el otro lloraba silenciosamente y cerraba los ojos.

Sintió como ese alfa terminaba de tener un orgasmo sobre él. Tenía el cuerpo entumecido y atinó a dar vuelta la cabeza y vomitar lo que tenía en su estómago. Su cuerpo seguía temblando y en la boca tenía el sabor amargo, pero peor era sentir como el alma se le quebraba. No quería pensar en su familia. No pensaría en ellos dos mientras permanecìa atado sobre una cama y este asqueroso abusaba de él. Lloró silenciosamente y vió como lejano el momento que el otro se levantó, le limpió la boca con un trapo y retiró la almohada con los restos de vómito.

-Amor, ¿estás bien?, no me pude contener, sabes?, pero al menos no ensucié tu uniforme, sólo fue mi ropa. No te asustes, vamos a esperar unos días más -inmediatamente se levantó y se fue dejándolo solo en la habitación. El adolescente dejó su tristeza salir con gritos y lágrimas. Sentía el cuerpo quebrado, dolor por todos lados, y el alma destruida. No podía creerlo, era todo una pesadilla. Pensó y buscó en su mente alguna señal de que esto iba a terminar así. ¿Nunca lo vio venir? ¿Fue tan ingenuo, tan confiado? Las imágenes mentales de lo que acababa de ocurrir volvieron a él y experimentó nuevas arcadas. ¿Lo estarían buscando? No sabía que hora era ni cuánto tiempo había pasado. Se dijo así mismo que tenía que aguantar. En un poco más llegaría la policía, seguro ya habían notado su desapariciòn, sus padres lo habrían informado al no poder comunicarse con él. Sí, así pasaría. Cerró los ojos nuevamente y sintió la tibieza de sus propias làgrimas recorrer los bordes de su cabeza hasta derramarse sobre el colchón. "Ya vienen, aguanta, ya vienen" se repitió así mismo como si fuera un mantra. Nunca pensó que la salida del infierno estaba muy lejos.

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