TRAICIONEROS (#2)

Todo a la fuerza.

Jennifer se cruza de brazos enfadada.

_ ¿Entonces?

_ ¿Qué?_ Pregunto, saltando un precipicio en Z Tsunami, en mi celular.

No tengo idea de porqué lo descargué.

_ ¿No me vas a decir nada?

_ Em..._ Salto otro precipicio._ La comida estuvo deliciosa. Muy buena. Felicitaciones al chef.

Jennifer resopla enfadada.

_ Eres imposible. ¿Lo sabes?

_ Sí, me lo han dicho.

Quiero esquivar las bombas del camino, pero no salto a tiempo y todos mis zombies mueren.

Bloqueo el celular, sin siquiera ver mi puntuación.

Jennifer se tira a su cama, y se agarra la cara.

_ ¿Por qué me escondes cosas, Tami?

Me impulso con un pie, y me deslizo con las ruedas de la silla, hacia la pared de en frente.

_ ¿Yo? Siempre me culpas de algo.

_ ¡Es que es verdad! Siempre sabes más que yo y nunca me lo dices.

Suspiro. Comienzo a girar con la silla.

_ ¿Qué... quieres?

_ ¿De dónde conoces a Tib'reon? Y no mientas.

Freno en seco.

_ De la invasión.

Mi amiga alza una ceja, cuestionándome.

Antes de que alguna diga algo, el celular de Jennifer comienza a sonar.

Ella lo atiende, rápidamente con una sonrisa de oreja a oreja.

_ Hola._ Dice, casi en un susurro.

Puedo sentir la felicidad en Jennifer.

Tengo un mal presentimiento.

_ Sí, claro que podemos... ¿eh?

Se levanta de la cama y se pone contra la ventana.

Me la quedo observando, algo curiosa con la situación.

_ ¡Ah! Claro, claro... Bien, ¿pasan ustedes? Okay, adiós.

Se me viene a la mente una palabra, y no la he pensado yo.

<< Cita. >>

_ Jenn...

_ ¡Tengo noticias!_ Exclama eufórica._ Invitarte a mi casa a dormir... era un mentira.

_ Ah bien. Y luego yo soy la que oculta cosas.

_ ¡Pero al final te las revelo! _ Ríe de forma forzada._ No como tú._ Dice entre dientes, mirando de reojo la ventana

_ Ve al grano._ Digo alzando una ceja.

_ Escucha..._ Comienza a decir, acercándose a la ventana.

Me levanto impacientada de la silla y la detengo a mitad de camino...

_ ¿Por qué ves tanto por la ventana?

_ Para ver si llegan._ Dice ella, como si la respuesta fuera la más obvia del mundo.

No llego a formular ni siquiera la primera palabra de la pregunta, cuando suena el timbre.

Jennifer suelta un gritito de alegría y sale corriendo de la habitación.