TRAICIONEROS (#2)

Asqueroso. Muy asqueroso.

Camino nerviosa por los pasillos desolados del colegio. Hoy ha sido un día realmente asqueroso.

Primero que todo: Jennifer me confesó que quiere que Tib la lleve al baile de Teensmas. Casi me muero de un infarto.

Después, Nitreon "consagró" el dieciocho de Noviembre como el día Para Llamar a Tamara Preciosa en Cada Maldita Oración.

Y ahora, todo el mundo se ha ido a sus casas, excepto yo... que me dirijo hacia la oficina del director Swan.

Freno en seco cuando llego a la puerta y escucho un grito.

Abro la puerta, y me encuentro con una enorme y asquerosa babosa transparente comiéndose al director Swan.

<< ¡¿Qué demonios?! >>

Cuando doy la vuelta y largarme a correr, me resbalo y caigo de cara al suelo sobre una viscosidad incolora.

Volvemos con las torpezas.

_ Tamara Bloss..._ Escucho la voz de la babosa, que me resulta muy familiar, y me incorporo para largarme de la oficina. Pero algo agarra mi pie y vuelvo a caer al suelo sobre la viscosidad._ ¿A dónde vas?

La cosa que agarra mi pie, me da vuelta bruscamente.

Contemplo el rostro algo distorsionado de la babosa.

La señora Higgins.

<< Esto no está pasando, la señora Higgins no es una babosa. >>

Mi corazón comienza a latir a gran velocidad, y amenaza zafarse de mi pecho. Comienzo a temblar involuntariamente, y reprimo mis nauseas.

_ Eres tan repugnante, que tengo suerte de tener ordenes de no alimentarme de tu carne._ Dice la criatura.

Forcejeo para escapar, pero Higgins me ata los dos pies con otra extremidad de su asqueroso cuerpo.

_ ¡Basta Tamara Bloss!_ Grita._ ¡Entiende humano inútil, no podrás escaparte y mi jefe me recompensará con la carne de tus hermanos humanos!

La extremidad comienza a acercarme a su cuerpo, así que empiezo a gritar por ayuda desesperada.

No puedo dejar de temblar del miedo.

Cuando mis piernas comienzan a introducirse en su cuerpo baboso, me incorporo como puedo y le doy un puñetazo en la cara.

Higgins me suelta, vociferando de dolor.

_ ¡Pequeña bastarda!_ Dice, cuando caigo al suelo.

La babosa se abalanza sobre mí, pero la esquivo y se estrella de cara contra unión de la pared y el suelo.

Mientras se retuerce de dolor, tapando la puerta de la oficina, trepo por el escritorio del director Swan intentando llegar a la ventana detrás de este.

_ ¡Idiota!_ Escucho a Higgins gritar detrás de mí.

El escritorio se da vuelta, tirándome al suelo.

Caigo sobre mis codos, y suelto un gemido de dolor.

Me doy vuelta rápidamente, cuando escucho el crujido de la mesa del escritorio detrás de mí.

Grito de horror cuando veo a Higgins a centímetros de mi cara, con las fauces colmadas de dientes, abiertas y lanzando sonidos guturales.

Antes de que se acerque más a mi rostro, escucho un extraño sonido y una luz naranja se hunde en el asqueroso estómago transparente de la babosa.

Higgins cae al suelo teniendo convulsiones, antes de escupir al inconciente director Swan y quedarse bien tiesa.

Escucho una respiración agitada, de dónde salió la luz.