Capitulo #25: "Louis William Tomlinson ha muerto"

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Antes de que empeceis a leer el capitulo me gustaria de que os pasarais por mi nueva novela que lo hago con una amiga. Se llama ¿Sueños? la podeis encontrar en la cuenta de mi amiga que es @LauritaCastro17 pero de todas formas pondré el link en los comentarios. Espero de que os paseis y dejes un voto y/o comentario. Y Nada, ahora os dejo leer el capitulo.

LOUIS (POV)

Cuando dejé a ______ a su casa me marché para la mía. Miré el reloj y marcaba las once y media de al noche. Buena hora para volver a casa.

Una vez que llegué al portal de mi casa, saqué las llaves y abrí la puerta dejando ver a mi hermana de pié justo a la entrada con un señor de unos cuarenta o cincuenta años alado suya.

- Louis, hay alguien que quiere hablar contigo – dijo mi hermana que estaba de brazos cruzados.

- Soy Jose, el padre de ______ - dijo el señor estirando la mano y yo la acepté.

- ¿Quiere que bajemos a tomar algo? - dije a la vez que señalaba la puerta principal.

- Claro, por supuesto – y el se acercó donde estaba yo para tener acceso a la puerta.

Yo volví a coger las llaves que las había dejado en la mesita del recibidor y me dispuse a salir por donde había entrado pero mi hermana me interrumpió.

- Louis, tenemos que hablar, no tardes – me giré y vi que tenía una carta en sus manos.

No pregunté que era porque sabía perfectamente que es lo que era esa carta. Era una del juicio. Un juicio que tenía pendiente, donde me dirían si iba a la cárcel o no, ya que le había partido la cara al gilipollas ese de tío que llamó a la policía mientras yo estaba en esa estúpida casa de pijos.

Cuando estaba afuera de mi casa con mi suegro nos fuimos a un bar donde yo solía ir. No estaba muy lejos a si que fuimos caminando.

- ¿Como conociste a mi hija? - dijo mientras íbamos caminando por las calles de Londres.

- Pues la verdad que no se como explicártelo, porque ni yo mismo se como la conocí – estaba nervioso, porque con el que hablaba no era un viejo cualquiera de la calle, era el padre de ______, era mi suegro y eso me incomodaba ya que tenía que ser lo más educado posible.

- ¿No te acuerdas de como conociste a mi hija? - el paró en seco.

- Recuerdo que una mañana yo iba con mi moto y la vi asomada por al ventana de un coche negro y luego coincidimos en una fiesta y bueno... esa noche la llevé a su casa que es donde conocí a su madre – él siguió caminando sin decir nada al respecto.

El silencio era un poco incomodo pero no quise decir nada ya que estábamos a punto de llegar al bar.

Nos sentamos a uno de los taburetes que estaban situados enfrente de la barra.

- Tommo, ¿No me presentas a tu amigo?

- Claro... Rosana, Jose, Jose, Rosana – dije mientras señalaba a cada uno.

- Encantada – Rosana se inclinó y le dio dos besos a mi suegro – precioso, ¿Que quiere? ¿Aceitunas o panchitos?

- Aceitunas – dijo mi suegro con una sonrisa en la cara.

- Le ha gustado he... no ofrece panchitos a cualquiera – dije reprimiéndome una sonrisa.

- ¿A no?

- No... ella solo ofrece a la gente que les cae muy bien y por lo que veo le ha caído muy bien – nos pusimos a reír.

Tres Metros Sobre El Cielo | Editando |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora