23. La mejor opción

2.2K 168 21
                                    

CASANDRA

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

CASANDRA

A veces respirar era una tarea demasiado difícil. Cuando Noah se fue y comenzó a dolerme el pecho, pensé que sería mucho más sencillo dejar de respirar, creí que así no dolería tanto. No sé durante cuánto tiempo aguanté la respiración, no pasó demasiado hasta que mis pulmones demandaron aire e inspiré de forma refleja. La punzada que sentí en el pecho me hizo doblarme de dolor. En algún momento apoyé mi espalda en la pared y me deslicé hasta el suelo, no me importó que las pocas personas que había en la calle me mirasen, ninguna se acercó, tan solo observaban y opinaban de algo que no sabían.

Enterré el rostro entre mis temblorosas manos y me obligué a respirar. Sabía que no me iba a morir, que todo estaba en mi mente y que tenía que controlar la situación, tan solo necesitaba centrarme en mi respiración, pero aquello era imposible mientras en mi cabeza todo el espacio estuviera ocupado por Noah.

Tuve suerte de que Cintia fuese cotilla por naturaleza y bajase a ver por qué tardábamos tanto; supongo que bajó para ver si seguíamos ahí y, en ese caso, ver cómo era Noah. Escuché su voz como algo lejano antes de sentir sus brazos a mi alrededor, y eso fue el empujón que necesitaba para soltar aire y llorar con fuerza.

* * *

—No es el fin del mundo —comentó Patricia mientras me ofrecía una humeante taza. La tomé sin importar el contenido y sonreí ligeramente al sentir el calor contra las palmas de mis manos. Pasó un rato bastante largo hasta que me calmé y Cintia me acompañó de vuelta al apartamento. Le había contado a Patri lo poco que había logrado entender de mis balbuceos: Noah no me quiere y no quiere al bebé.

—Patri —le reprendió la muchacha de las gafas mientras pasaba un brazo sobre mis hombros—. Es algo serio, no hagas como si no tuviera importancia.

—He pasado por eso, sé lo serio que es —bufó. Alcé la mirada curiosa y fruncí ligeramente el ceño, ella sonrió al percatarse de mi intriga y comenzó a hablar; por su tranquilidad, parecía tenerlo superado—. A los dieciocho el capullo de mi novio me dejó preñada —dijo encogiéndose de hombros—. Le pareció una tontería gastar dinero en condones cuando él "controlaba" —dijo con los ojos en blanco mientras hacía las comillas con los dedos—. Abortar fue la única opción. Era una niña, no podía permitirme tener un bebé, no tenía ni el tiempo ni la economía suficiente. Además, era demasiado pronto para joderme la vida de esa manera. Tuve suerte y encontré una clínica en la cual me lo hicieron sin poner ninguna pega, y todo salió bien. En cuestión de unas horas, me libré de todos mis problemas.

Mi corazón se estrujó al escuchar aquello. Un bebé no debía ser un problema, debía ser un regalo, la alegría más grande.

—Yo no puedo hacer eso —repliqué con un nudo en la garganta.

—¿Por qué no? Te aseguro que es la mejor opción. Yo no sé qué habría sido de mi vida si no hubiera abortado. Mis padres me hubieran rechazado, tal vez tú tengas la suerte de tener unos padres más compresivos que te apoyen, no sé. Tienes que pensar en tu futuro. Si lo tienes, ¿qué clase de vida le darías a tu bebé? Si nadie te apoya no podrás terminar la carrera, y siento decirte que el dinero no cae del cielo.

Perfecto [✔️] [Perfectos #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora