Perfecto [✔️] [Perfectos #2]

24. Todo va a estar bien

NOAH

Le había dado muchas vueltas a mi conversación con Clara, quería una opinión firme, aunque luego no sirviera para nada; pero era imposible. Pensándolo de forma objetiva, Cas tenía razón, abortar era la opción más sensata dada nuestra situación, pero una parte de mí creía que podíamos tener la vida perfecta que había descrito minutos antes. Podíamos casarnos y tener nuestra propia familia, era lo que ambos queríamos. Per Casandra había tomado una decisión, y yo no pensaba discutírsela. Éramos jóvenes, teníamos toda una vida por delante para hacer realidad esos planes y tener nuestra vida de ensueño. Arreglaría el problema y después la muchacha y yo podríamos ser felices, terminaríamos nuestras carreras, nos aseguraríamos un buen futuro y entonces podríamos tener todos los hijos que ella quisiera.

A pesar de esto, no podía evitar sentirme decepcionado. No pensaba con claridad, un bebé nos estropearía todos los planes, y éramos demasiado jóvenes como para hacernos cargo de una responsabilidad de tal magnitud; ni siquiera habíamos sido capaces de cuidar a un perro. Casandra había tomado la decisión más sensata incluso sin ser consciente de las amenazas de Adela y de lo jodido que estaba yo.

¿Sería capaz de hacerlo? Estaba convencido de que no, al menos no sin sentirse culpable; la conocía muy bien y sabía que se comería demasiado la cabeza pensando en si había hecho o no lo correcto, en si el feto sufriría, en lo que podría haber llegado a ser de haber nacido...

—Estoy asustada —susurró abriendo los ojos con lentitud y pestañeando un par de veces consecutivas. Deslicé el pulgar por su mejilla, disfrutando de su suave piel, y esbocé una ligera sonrisa.

—Estoy contigo, todo va a salir bien —dije tratando de sonar sincero. Quería que aquello fuera cierto, pero era algo que no podía asegurar, tal y como estaban las cosas, se pintaba un futuro muy negro.

Me quedé perplejo al ver cómo una lágrima rodaba por su rostro hasta quedar atrapada bajo mi mano; cuando sonrió, lo entendí, lloraba de alivio. Se me cayó el alma al suelo de pensar en todo lo que había tenido que sufrir ella sola. ¿Cuánto tiempo haría desde que lo sabía? ¿Por qué no me llamó antes? Sabía la respuesta a esta última pregunta, y me sentía miserable. No lo hizo por miedo a que la despreciase y la dejase sola, y fue justo lo que hice, en lugar de hablar con ella y decirle que todo saldría bien, me marché. Tal vez si la hubiese apoyado cuando me lo contó, su decisión hubiera sido diferente. Había pasado miedo, seguro que había llorado a mares, ella no tenía que pasar por eso sola. Casandra nunca se hubiera visto en esa situación si yo no hubiese sido tan capullo.

—¿Qué te ha pasado? —cuestionó con voz ahogada, tratando de desviar el tema mientras pestañeaba repetidamente en un intento de retener las lágrimas. No entendí a qué se refería, hasta que me percaté de que su vista estaba fija en mi pómulo. Solté una ligera risa, causa de la emoción al ver que ella se preocupaba por mí.

—Eloy no se ha tomado bien la noticia —respondí sonando casi divertido, no quería que se preocupase por nada. El rubio estaba molesto, muy molesto, pero se le pasaría, era cuestión de tiempo. No podría odiarme siempre. Me pegó un puñetazo en la cara, y no se lo devolví, aunque mentiría si dijera que no intenté hacerlo; pero Ian se puso en medio antes de que nos matásemos a puñetazos. Eloy habría salido muy mal parado, así que Ian actuó bien, a pesar de que en ese momento también quise pegarle a él entrometerse en nuestra disputa.