Room [Yandere Trafalgar Law x Lectora]

XIX. Acecho

Capítulo 19
Graduados

Lyris sonrió mientras abrazaba a Law y besó su mejilla sonoramente, ¡Por fin se habían graduado! Y por suerte obtuvieron un pase directo al hospital de Drum, ¡El mejor hospital de todo Raftel! Bueno, aunque era un poco obvio ya que ambos fueron los egresados de medicina con las mejores calificaciones.

Law se sonrojó levemente mientras miraba descolocado a la chica que se colgaba de su hombro, su sombrero se había caído y ahora miraba a la chica pegarse a él, su corazón latía como loco mientras miraba lo cerca que estaba el rostro de la chica del suyo, esos labios se veían tan apetecibles y regordetes, le daban tantas ganas de besarlos, lamerlos y mordisquearlos, quería ser la causa de que aquellos labios gritaran su nombre y jadearan.

El hombre sonrió al sentir a la chica tan pegada a él, fue una lastima que ella se separa para felicitar a sus otros amigos, oh dios... solo él sabía cuantas ganas tenía de destripar a esas personas que se pasaban de listos con ellos, ¿Quién demonios se creía ese hombre de cabellos verdes con ojos cafés para tener sus manos tan cerca de los muslos de su precioso ángel? ¿Y qué demonios se creía ese rubio de larga cabellera? Sus manos picaban con la necesidad de tener su arma cerca.

Ellos eran peligrosos, la mayoría en su universidad eran criminales buscados por la ley, ella parecía ser la única que no era consientes de los actos a su alrededor, de esas falsas sonrisas ni las formas en que los demás veían para apuñalarse por la espalda, todos tenían bandas criminales detrás de sus espaldas y él lo sabía.

Bartolomeo el Canibal y Cavendish el blanco corcel, ah, ah, nuevas presas, quería ver sus expresiones de horror, ¿Serán más entretenidos que Portgas-ya? Hum, ya había terminado de cazar a los ex miembros de la banda Spade, sus manos picaban por sangre nueva.

Ah, es cierto, la banda de Caribou y los falsos Mugiwaras eran su próxima presa, ¿Cómo se atrevían a ver a su amado ángel de esa forma? ¿Por qué demonios palmearon su trasero cuando ella solo estaba intentado hacer su trabajo como camarera de un café? ¿Por qué le dijeron cosas tan asquerosas a un ser tan puro? No, no, no podía tener esos pensamientos ahora, su ángel estaba demasiado cerca y había muchas personas a su alrededor viéndolo, si empezaba a actuar de manera precipitada descubrían su fachada de un simple estudiante de medicina y su máscara cuidadosamente elaborada caería al infierno.

Porque sí, todos creían que él era un humano común y corriente. Solo tuvo que mostrar su desagrado a las demás personas para ocultar el hecho de que no podía nadar por su fruta del diablo, ¿Quién invitaría a una persona que pasa despreciándote y burlándose de ti a la playa o a una piscina? ¡Nadie! Incluso Lyris lo utilizaba de escudo cada vez que la invitaban a una fiesta en la piscina o playa ya que no quería que nadie se enterase de su fruta del diablo.

Era comprensible, si a él solo le dolía la cabeza, a ella todo el cuerpo dependiendo de que tan grabe sea la herida.

Law se calmó, nadie se había percatado de su descontrol y solo se veía como un novio celoso y gruñón.

Lyris corrió hacia él nuevamente para abrazarlo emocionada e invitarlo a cenar, diciendo que ella pagaría debido a que recibió un aumento por su buen rendimiento en la cafetería, pero él sabía la verdad, no era por su buen desempeño sino que era una compensación por lo que le hicieron esos bastardos de Caribou y su grupito, no solo se atrevieron a tocarla sin su permiso, sino que también tuvieron el descaro de llamarla de mil formas insultantes y casi arrastrarla para "pasar un buen rato" si no fuera porque justo un chico de sombrero de paja golpeó al hombre sin poder soportar más la escena montada, luego le siguió una chica de cabellera naranja junto con un rubio con un cigarrillo en la boca y un peliverde de aretes.

Law ocultó su rostro sombrío en el cabello de la chica, no quería revelar su expresión turbia. Realmente él no podía negarse a la invitación de la chica, le diría que él cocinaría para ella, pero Law sabía perfectamente que sus habilidades culinarias eran como mierda pinchada en un palo, nunca pudo cocinar bien y jamás lo hará, su fuerte era la medicina y anatomía humana, no el arte de la cocina.

Felizmente, la chica arrastró al azabache con ella para ir a comer una rica comida en algún restaurant.

—La próxima cena la invito yo, Lyris-ya —habló Law mirando como la chica pagaba la comida consumida.

—¡Claro! ¡Pero te advierto que no me contendré! —rio la chica.

—No importa —negó suavemente Law, realmente no importaba si la chica le hacía pagar millones por comida, después de todo, la venta de órganos frescos era muy codiciada y los especímenes que él tenia eran todos de calidad.

¿Cuántas personas estarían dispuestas a pegar miles de millones por un órgano nuevo y limpio para seguir viviendo y reemplazar el suyo dañado?

La respuesta era, incontable.

Todos se aferraban al deseo de vivir, incluso si se tenían que endeudar.