Capitulo 22

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*Años Después*

-Señorita Roberts, puedo hablar con usted o necesito una cita? –pregunta Oscar abriendo la puerta de mi oficina.

-amor, sabes con claridad que puedes entrar cuando quieras –respondo mirando unos papeles.

-Ana Esther –habla más fuerte, captando mi atención –cuando realmente tengas tiempo para mí, me avisas –finaliza cerrando la puerta.

Que genio el de este... no me preocupo y sigo en mi trabajo, que para ser sincera, en estos últimos años se ha incrementando. RCC ya está generando sus frutos, todo va como hasta ahora lo he planeado, mi padre está trabajando mano a mano conmigo, tratando de entender el mundo que cada día está más globalizado que nunca. Normalmente eso pasa cuando tienes mucho tiempo sin estar al mando de la compañía.

Y así como a incrementado el trabajo así los problemas, Oscar y yo discutimos a cada momento ya no se qué hacer, el me conoció siendo una mujer de negocios y ahora mismo no puedo dejar mis negocios por estupideces y cursilerías, después de todo lo que he trabajado para estar donde estoy ahora!!!

Suspiro con cansancio, estoy agotada, mirando el reloj siento como cae el peso de mi trabajo sobre los hombros, dejo unos cuantos documentos sobre el escritorio, tomo mi cartera, el abrigo y algunos documentos para llevármelos a casa. Cerrando con llave mi oficina, me percato que estoy sola en este piso. Camino por el amplio pasillo hasta llegar al escritorio de Alita, viendo como la pobre duerme sobre unos papeles.

Pobre, la he tenido trabajando mucho, de vez en cuando la mando a RCC a llevar unos cuantos documentos y a quedarse monitoreando a las secretarias, ahora que estamos en este punto no tolerare gente vaga en los pasillos de mis empresas, no ahora que hay muchísimo trabajo en puerta.

-Alita –trato de moverla un poco para despertarla –Alita –digo un poco mas fuerte haciendo que se espante –tranquila nena, ya puedes irte a casa.

-disculpe Srta. Roberts, no quise dormirme.

-no Alita, discúlpame tu a mí, no me percate de la hora –esta asiente y toma sus cosas –a y Alita –esta me mira como esperando una orden –tomate el fin de semana, nos vemos el lunes –esta sonríe y sale junto a mi por las puertas de R&R.

Conduciendo por las calles del centro, recuerdo que ni siquiera e almorzado, dios, que día tan estresante. Marco el numero de Oscar después de dos tonos, escucho como cortan, vuelvo y marco, pasa lo mismo, a la tercera llamada cae a buzón, oh!! Ahora sí creo que ya está molesto. Una pelea tediosa me espera para completar el día tan grotesco.

Subo por el ascensor directo a mi apartamento, hoy no pasare a ver a mi madre, abro la puerta fijándome en que el apartamento esta vacío, busco a Oscar y al no encontrarlo me meto a la ducha, al salir, preparo algo rápido y me acuesto, el y yo hablaremos mañana, estoy muy cansada...

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Antes de llegar a la empresa, me detengo a desayunar en una cafetería a unas cuantas cuadras de mi edificio, hacen los mejores pastelillos de frutos rojos y un excelente frapuchino de caramelo!!

Tomo asiento en una de las mesas cerca de la puerta, ordeno lo que vine a buscar y me dispongo a leer un contrato que debo firmar... sumergida en el papeleo con mi rico café en manos, escucho una risa particular, una risa que a leguas reconocería, como resorte, levanto la mirada de los papeles para centrarme en las dos personas a unas pocas mesas delante de mi... me toma un poco por sorpresa ver a Oscar junto a una pelirroja con muchas curvas, pelo largo y rizado, tés blanca, viste un vestido a medio muslo, tipo traje sin chaqueta gris con rayas blancas. Parece una ejecutiva.

Nosotros {N.3}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora