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En la mañana, Steve fue a buscar a su huésped, pero éste dormía tan profundamente que le dio pena despertarlo.

Billy dormía en posición fetal, como si quisiera protegerse de algún ataque, con los rizos revueltos sobre la cara. Estaba roncando con suavidad, babeando la almohada.

Steve se quedó en el umbral, mirándolo más tiempo del necesario, intentando negar lo enternecido que estaba.

Luego de los largos minutos que le llevó apartar los ojos de encima de Billy, se retiró para prepararse para marcharse él solo al trabajo.

Cuando bajó del auto frente a la piscina pública, Steve vio que Max se dirigía a la entrada. En cuanto notó la expresión de angustia absoluta de la chica, se sintió culpable por no haberla llamado la noche anterior.

-Tu hermano está en mi casa -le dijo cuando la alcanzó.

Max se sintió tan aliviada que casi se echó a llorar ahí mismo. Su hermano había vuelto la tarde anterior cuando ella estaba en la piscina, por lo que no había atestiguado lo que había ocurrido. Pero, su madre no había podido ocultárselo y se lo había contado cuando fue a darle las buenas noches. La pobre niña apenas pudo dormir por lo preocupada que estaba por Billy.

Cuando terminó la jornada, Steve se dispuso a ir a su casa acompañado por Max, pues la chica quería ver a su hermano. Pero, para decepción de ambos, cuando llegaron a la casa, Billy ya se había ido.

Steve no pudo evitar alarmarse. ¿Se había ido caminando? La casa Harrington estaba en una zona un poco aislada, apartada de la parte más habitada del pueblo... Se lo imaginó agitado y tembloroso, tambaleándose sobre sus pobres pies adoloridos...Se sacudió la imagen de la cabeza. ¿Qué le importaba? Billy Hargrove no era su problema.

-¿Te sabes mi teléfono, verdad? -le preguntó Steve a Max, cuando la regresó a su casa. No sólo le interesaba que la niña le informara si sabía algo de su hermano; sino que le había dicho que podía llamarlo si Neil le ponía una mano encima. Max le había dicho que su padrastro nunca había sido agresivo con ella o con Susan, pero aun así, luego de ver lo que le había hecho a Billy, le era imposible no preocuparse por ellas.

***

A la mañana siguiente, Steve llegó a la piscina pública y se encontró con Billy en el vestidor. Al verlo se sintió más aliviado de lo que quería admitir.

-Hargrove -lo saludó, haciendo un esfuerzo por ocultar la emoción en su voz.

-Princesa -replicó Billy. Sonrió cuando vio a Steve fruncir el seño involuntariamente, ofendido por el antiguo ápodo.

-Ayer llevé a Max a casa después del trabajo -le contó-. Pero, cuando llegamos ya te habías ido. Nos preocup--hiciste que Max se preocupara. ¿A dónde fuiste?

-A mi casa -dijo Billy-. ¿A dónde más?

-¿En serio? -preguntó Steve, sorprendido-. ¿Tu padre no te echó de casa?

Billy palideció y lo miró con suspicacia.

-¿Tú y Max han estado hablando de mí? -preguntó molesto-. ¿Han estado pasando tiempo juntos?

Steve lo miró confundido. En ese momento apareció Max en el umbral del vestidor y avanzó hacía Billy, furiosa.

-¡Claro que sí! -le gritó, avanzando-. ¡Te he estado cubriendo en la piscina toda la semana, idiota! -de hecho, estaba ahí porque creyó que iba a tener que hacerlo una vez más.

-¡No me digas idiota, idiota! -le gritó Billy. Max llegó hasta él y le dio un puñetazo doloroso en el hombro. Pero, como estaba más aliviada que enojada, se le echó a los brazos en seguida.

-Me tenías preocupada, imbécil.

-Fuiste tú quien me contó que te habían echado -dijo Steve, volviendo al tema.

Billy lo miró confundido. Había estado esperando que su memoria volviera, pero jamás pudo recordar cómo es que había dormido en casa de los Harrington. Había asumido que Steve lo había llevado para impedir que condujera borracho o algo así, pero no imaginó siquiera que hubieran hablado gran cosa...

-¿Dónde dormiste anoche? -le preguntó Max todavía abrazada a él.
-Con Tommy -respondió luego de una pausa.

Su viejo amigo estaba pasando con su familia sus vacaciones de la universidad. La tarde anterior, mientras Billy huía de casa de Steve, Tommy lo había visto desde su auto y se había ofrecido a llevarlo. Era la primera vez que se veían en varios meses, en parte por que Tommy casi no visitaba Hawkins, en parte porque Billy se había aislado de sus amigos luego de dejar el hospital. Tommy se dedicó a hablarle sin parar de su vida en la ciudad, de la universidad y de su chica. Billy agradeció en su interior ese parloteo que le sirvió de distracción de sus sombríos pensamientos y terminó por acallarlos. Finalmente, Tommy cayó en cuenta de que había estado monologando, y un poco, avergonzado, le había preguntado cómo le iba. Billy había sonreído, había alzado los hombros y aparentando no darle demasiada importancia, le contó de su reciente desalojo. Y, como Tommy seguía siendo bastante lame botas, había tenido la brillante idea de dejar que Billy se quedara en su sala esa noche.

-A los padres de Tommy no les agradas -dijo Max.

-Le agrado a su madre -replicó con una sonrisa torcida.

-Qué asco -dijo la niña, haciendo un gesto. Luego, miró a Steve de forma significativa-. ¿A ti no te importaría que Billy se quedara en tu casa un tiempo, verdad?

-¡Maxine! -la regañó Billy.

-No me importaría -contestó Steve sin pensar, pero de inmediato, se arrepintió por su impulsividad. Miró a otro lado esperando que no se notara su sonrojo.

-¿Y a tus padres? -preguntó Billy, con escepticismo.

-Sus padres ni siquiera están en Hawkins -intervino Max-. Nunca están. A veces creo que son imaginarios.

-No son imaginarios -murmuró Steve y se quedó mirando la nada.

-En realidad, preferiría quedarme con un amigo -dijo Billy, luego de un momento-. Sé que los de tu clase no hacen favores a no ser que obtengan algo a cambio -dijo mientras se dirigía a la salida del vestidor.

La frase sacó a Steve de su ensimismamiento momentáneo. No pudo evitar pensar que esas palabras eran adecuadas para describir las motivaciones de su padre.

-No sabes nada de mí -le siseó, enrojeciendo y apretando los puños.

Billy dejó el vestidor sin escucharlo.

-Tú salario de esta semana es mío, ¿entendiste? -le gritó Max a su hermanastro antes de irse refunfuñando. No entendía que le pasaba a ese ojete. ¿Es que era tan inmaduro para seguir creyendo que la mejor estrategia para gustarle a alguien era maltratarle?

***


Cosas Raras (Steve x Billy - Harringrove)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora