Finalmente, el último capítulo está aquí.
Espero que lo disfruten y agradezco a aquellas personas que fueron pacientes y siguieron la historia, y también a todo aquel que ha leído al menos un capítulo.
Disfruten la lectura.
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Cuando unos pocos rayos de sol atravesaron el pequeño espacio entre las cortinas de su ventana y golpearon directamente su cara con potente calor, abrió los ojos. Su vista fue a parar directo al reloj que colgaba prolijamente en la pared frente a él: 9:30.
Suspiró y acarició el lado vacío de la cama en busca de nada en particular, pues sabía que, especialmente ese día, se levantaría con más cuidado de lo necesario para no despertarlo. La temperatura de su lado del colchón le indicaba que se había ido hace mucho tiempo, solo siendo cálido en esos pequeños tramos en los que el sol le tocaba.
Por el rabillo del ojo pudo notar el extremo de una bandeja y cuando movió la cabeza para ver mejor notó una taza y un plato sobre ella, esta última siendo cubierta por una tapa de cristal y la taza con un pequeño plato de postres.
Se estiró y escuchó sus huesos crujir, suspiró y se sentó, recogiendo la bandeja con una mano mientras que con la otra tomaba la taza, quitándole la protección y bebiendo un poco del café ya frio, ignorando la pequeña voz en su mente que lo reprendía por lo fácil que habría sido para cualquier intruso matarlo mientras dormía, todo porque había estado tan cansado que al momento de estar finalmente con ella de nuevo sus sentidos se habían apagado por completo, sin embargo, no le podía molestar menos.
Comió el par de tostadas en el plato y volvió a poner todo sobre la bandeja, sosteniéndola con una mano mientras que con la otra tomaba a Kusanagi y poniéndose de pie, empezó a caminar saliendo de la habitación y hasta las escaleras, consiente de las presencias que había sentido tan rápido como despertó, todas en el mismo espacio de la casa, con movimientos mínimos.
Al bajar, cinco pares de ojos, dos de los cuales se notaban cansados, otro par aburrido, un par serio y el último ni siquiera eran visible, se posaron en él.
—Ya era hora —Dijo Naruto sin su cotidiana energía, gimiendo luego de hablar y sosteniendo su cabeza entre sus manos.
—Naruto, idiota, cállate —gruñó Kiba, este se encontraba recostado sobre el mueble más grande, boca abajo y con la cara verde, indicando que vomitaría en cualquier momento y ante esto el agarre de Sasuke sobre su espada se apretó, le cortaría el cuello si incluso se atrevía a tener una arcada.
—Soy tu Hokage, respétame estúpido
—Ahora mismo solo eres el padrino
—Ya estas despierto, entonces, vamos —interrumpió Shikamaru y como si esto fuera una señal todos los que estaban sentados, acostados y de pie se pusieron en marcha hacia la puerta, incluso los dos personajes silenciosos habían empezado a caminar, pero la falta de movimiento de Sasuke hizo que todos se detuvieran y lo voltearan a ver.
— Vamos, viejo —gruñó el único rubio entre ellos —no es momento de ser una diva, deja eso para después de que te cases esta noche
Y si no fueran ninjas, e incluso con la agudeza de sus vistas, el leve cambio en el rostro del Uchiha casi les pasa desapercibido, y ninguno podía decir exactamente el porqué de dicho cambio.
Pero Sasuke, aunque inexpresivo casi en su totalidad, sentía como su estómago empezaba a revolotear en su interior y la sensación en su garganta empezaba a ser insoportable.
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La boda de Sasuke Uchiha
FanfictionCuando le dijo que sí, Hinata Hyuga no sabía que Sasuke Uchiha podía convertir una de las actividades más estresantes de la vida en la actividad absolutamente más estresante de SU vida. *Originalmente publicado en Fanfiction* *La imagen de portada (...