Capítulo IX Sentimientos encontrados

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Los jefes de casa hicieron que todos salieran del lugar y esperaran afuera, Madame Pomfrey salió de su oficina al escuchar el alboroto, al ver a Hermione y a Draco despiertos se apresuró a revisarles.

-Bien, al parecer no hay nada fuera de lo común, ambos están sanos- concluyó una vez que terminó el escaneo con la ayuda de su varita -A excepción de la herida en su mano joven Malfoy, además, ¿no te has alimentado bien últimamente, verdad muchacho?- le miró un un tanto preocupada.

Él al verse expuesto, decidió no responder y mantuvo su vista fija en una de las paredes en la enfermería, Madame Pomfrey no insistió e hizo la nota mental de recetarle algo cuando le diera el alta.

-Entonces, si me permites preguntar querida Poppy, ¿Cuál es la razón por la que ambos jóvenes estuvieron inconscientes durante tanto tiempo?- preguntó Dumbledore con interés.

-Eso se debe a un gran gasto de magia Dumbledore, no sé exactamente qué clase de hechizo hayan utilizado estos dos jóvenes pero lo que fué, hizo que una gran cantidad de su magia se drenara dejandoles bastante débiles e inconscientes, su cuerpo solo necesitaba descansar el tiempo suficiente para recuperarse y por fortuna su salud no se vió afectada en ningún sentido-.

-Me alegra mucho escuchar eso, hubiera sido una verdadera pena si resultaban afectados, sin embargo, eso incrementa mi curiosidad- dijo Dumbledore ladeando levemente su cabeza en señal de confusión -¿Qué fue exactamente lo que ocurrió para que ambos terminaran tan agotados?-.

Los cuatro adultos en la habitación les miraron con esperando una explicación, desde sus camas Hermione y Draco intercambiaron miradas.

Bajo ninguna circunstancia podían decirles que habían hecho un pacto mágico, sabían que eso atraería demasiadas preguntas, además serían severamente castigados pues ese tipo de hechizos no eran de tomarse a la ligera, por otro lado tampoco era viable contarles acerca del extraño limbo en el que estuvieron soñando en conjunto pues no estaban seguros de que les creyeran y dado el caso, eso también generaría demasiadas preguntas incómodas pues ambos ya habían pactado no hablar acerca de lo que vieron ahí.

Así que, en conclusión, la única solución era mentir, eso no le agrado para nada a Hermione, respetaba mucho a sus profesores, confiaba en ellos y siempre acudía a su consejo cuando lo necesitaba, pero aún cuando no estuviera de acuerdo, no encontraba una opción mejor para salir de esa situación sin graves consecuencias para su futuro.

Con eso en mente, fue la primera en hablar -Nosotros- dijo llamando la atención de todos, Dumbledore le miraba con atención a través de sus gafas de media luna -Nos encontramos en el baño de prefectos por simple casualidad- intentó sonar convincente.

-Entonces, por qué había espejos rotos en el suelo y ambos estaban tan...- Mcgonagall pareció buscar un adjetivo adecuado -Indispuestos, además, ¿Como es que quedaron inconscientes en primer lugar?- preguntó con el ceño fruncido.

-Eso es porque- intentó pensar en algo pero en ese momento su mente al parecer había decidido quedarse en blanco.

-Granger tuvo un accidente en el baño- Malfoy intercedió con total soltura -La come libr...- se interrumpió al notar la mirada severa de la profesora de transformaciones -Granger- corrigió -Al parecer no es tan hábil como dice ser y tuvo un percance con los espejos de los lavabos, algo así como una reacción en cadena a decir verdad- hablaba de manera tan natural que Hermione le hubiera creído de no saber qué se trataba de una mentira y de no conocer el tipo de serpiente rastrera que era -Yo pasaba por el pasillo en ese momento y decidí entrar al escuchar el estruendo, lamentablemente el daño ya estaba hecho y cuando intenté ayudar resulté herido- dijo levantando su mano para mostrar el vendaje.

Un Consuelo InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora