Estaba destruida por dentro. Lloraba con todas mis fuerzas. Después de unos largos e intensos años a su lado, finalmente había terminado mi infierno, de una buena vez por todas. Pero me había sumergido en otra clase de inframundo. Un purgatorio distinto pero igual de doloroso que el anterior, o incluso peor. Abrazaba la enorme almohada junto a mí, la abrazaba con todas mis fuerzas; si aquel objeto hubiese tenido vida propia, ya se hubiese extinguido a causa de mi aguante asesino. La abrazaba como si fuera ella. Como si desquitandome con aquel traste pudiese sacar fuera de mi pecho todo el dolor que ella me causó.
Poco a poco todos estaban volviendo a mí, mis viejos amigos, a los que había dejado de lado por ella. Todos vinieron uno por uno, diciéndome que lo sentían por mí, pero que, después de todo, yo estaría mejor ahora.
Jughead incluso se tomó la molestia de traer mi antigua chaqueta de serpiente, la tendió sobre mí cama deshecha y me dijo que podía volver cuando quisiera. Sweet Pea me acarició el cabello juguetonamente como solía hacer antes, gesto que dejó de lado porque a ella no le gustaba. Fangs también acarició mí mejilla y depositó un tierno beso ahí, para ellos, siempre fuí como su hermanita menor. Eran mis mejores amigos. Y me querían, y querían lo mejor para mí. Y seguían alegando que lo mejor para mí era estar lejos de ella.
No les estaba prestando atención a mis antiguos compañeros de la pandilla a la que solía pertenecer antes de ella, solo lloraba desconsolada y a todo pulmón, como si de verdad estuviera teniendo algún tipo de dolor físico. Haciendo caso omiso de los chicos. Aunque ellos decidieron continuar a mí lado con todo y el hecho de que ni los volteaba a ver en ningún momento. Más todavía cuando Peaches llegó a verme. Quería ver como estaba yo, y al principio estaba calmada, pero luego, al ver por el rabillo del ojo su chaqueta de cuero negra, rompí a llorar nuevamente, un llanto fuerte y desgarrador. Ella no portaría esa chaqueta, ni siquiera sabría de mi existencia de no ser por Cheryl. Ella nos presentó, ella inició esa pandilla por y para mí. Solía ser mi pandilla, pero no estaba segura de sí quería volver a ser la líder de las pretty poisons ya que todo ahí me hacía pensar en ella, y tenía que apartarme de Cheryl de toda manera posible. Tanto así que le pedí a Verónica y a Betty que fueran por mis cosas a Thisle House, ya que no quería cruzarme con ella. Y por supuesto que la pelirroja se negó, alegando que tenía que ser yo misma quién tenía que ir a por mis cosas a su casa; solo otra de sus sucias jugadas para llevarme de vuelta a ella, a sus garras. Pero mis amigos me respaldaron y la siguiente vez (es decir, hoy) fueron entre Archie, Jughead, Betty, Verónica, Sweet Pea y Fangs a buscar mis cosas, y cuando Cheryl se negó, usaron su carta bajo la manga, al alguacil, el papá de Jughead, quien traía una orden policial con la que lograron entrar a la casa y sacar mis cosas. Y aunque ella se puso loca al principio, Archie supo controlarla. Y eso, para ser franca, por un segundo me puso muy mal, el solo hecho de imaginar a Archie sosteniendo a Cheryl por los hombros mientras todos los demás guardaban mis cosas entre maletas y bolsos, y Cheryl gritando y luchando en contra del pacífico pelirrojo que se negaba a soltarla. Puedo imaginar a la perfección su voz quebrandose al gritar con desesperación “¡Toni volverá aquí, conmigo! ¡Donde pertenece! ¡Justo a mí lado!”.
Pero lo que realmente me quebró nuevamente fue el ver mis cosas de nuevo en mi antigua habitación, en la casa de mi tío. Las chicas me ayudaban a desempacar y me decían que todo volvería a la normalidad, que en muy poco tiempo sería como si nada de eso hubiese pasado, como si ella no hubiese entrado en mi vida a ponerlo todo patas arriba, a romperme en mil pedazos. Y es que era imposible, ya nada volvería a ser igual. No puedo borrar de mi memoria todos los recuerdos, ya sean buenos o malos, seguirán allí en mí mente, atormentandome. Como los propios fantasmas que antes habitaban en Thorne Hill, los demonios que la perseguían a ella, y que ahora, sin importar qué, me persiguen a mí también, aunque ya no esté a su lado.
ESTÁS LEYENDO
A TOXIC CHONI NOVEL
Fanfiction"No intentes cambiar su naturaleza, no podrás" me dijeron, y no hice caso, aún así, seguí intentando con todas mis fuerzas hasta lograr cambiarla. No lo logré. Y me terminé hundiendo.