ASHLEY
Al abrir mis ojos noté que me encontraba en una habitación que no era la mía, intenté levantarme pero sentí un peso en mi cintura. Confundida llevé mi vista hacia abajo y vi que un brazo me estaba rodeando. Desconcertada me giré y me topé con la cara dormida de Nick, pegué un pequeño grito ahogado.
Cogí su brazo y lo intente quitar con cuidado para no despertarlo pero él se removió y me pegó más a su pecho. Mi cara estaba a la altura de su boca, me puse colorada mientras observaba sus labios rosado. Con mi mano libre acaricie su labio inferior, sin darme cuenta Nick abrió su boca y metió mi dedo índice en su boca, lo estaba mordiendo, lamiendo y chupandolo. Cuando soltó mi dedo, sentía mis mejillas colorada así que para que no se burlará de mí escondí mi cara entre su cuello y hombro. Nick me apretó más fuerte contra sí mientras soltaba una risa ronca.
Este era el despertar más hermoso que había tenido en mucho tiempo.
–Buenos días princesa – me susurró en el oído con voz ronca.
En ese momento me sentía desfallecer, como una chica simple como yo podía estar con un bombón sexy como él.
Levanté mi mirada de su hombro y conecté mi mirada con la suya, Nick me sonrió y me dio un beso en la frente. Me tumbó recta en la cama y se puso encima mía, mi cara en estos momentos se encontraba tan roja como los tomates. Nick puso una sonrisa pervertida al verme tan colorada y se estiró para coger su celular de la mesita de noche. Revisó su celular y lo volvió a dejar en la mesita. Se sentó en la cama y se estiró pude ver como los músculo de sus brazos y espalda se contraía. Sentí como la habitación se volvía muy caliente y él me pilló mirándole de nuevo.
– Eres una pequeña pervertida– dijo riéndose mientras se volvía a tumbar a mi lado y me abrazaba.
Me señalé a mi misma y negué con mi cabeza ante su confesión sobre lo pervertida que era.
– Si tú, me estabas comiendo con la mirada– contestó Nick.
– Por cierto son las ocho y tenemos que prepararnos para ir a la universidad.
Abrí los ojos como plato y me incorporé de golpe de la cama. Me acerqué a mis cosas y empecé a buscar mi celular. Al encontrarlo lo encendí y salía diez llamadas de mamá y quince mensaje de papá. Asustada le conteste a mamá.
Para: Mamita
De: Ashley
Mamá me quedé en casa de una compañera de la universidad. Teníamos un trabajo y se me hizo tarde.
– Oye he pensado que podríamos quedarnos aquí y no ir– dijo Nick mientras se levantaba de la cama y se sentaba.
Lo miré mal y negué con la cabeza no podía faltar a las clases porque él quisiera. Me acerqué al espejo y me veía espantosa, pelo revuelto, sudadera de ayer, mal aliento. En total un desastre, cogí mi celular y le escribí:
– Déjate de tonterías porque no vamos a faltar.
– Jo yo que quería estar todo el día aquí contigo.
– Por cierto me puedes dejar una camisa, no puedo ir con la misma sudadera.
– Sí coge la que quiera.
Me acerqué a su armario y cogí una camisa negra y encima una sudadera negra también. Me fije por último en el espejo y vi que Nick me estaba viendo el culo. Me giré hacia él y se quedó viendo con una sonrisa bobalicona. Hice una señal de peinarme el pelo y me indicó su baño personal. Entré y empecé a peinarme y también a deshacerme de los malditos enredos. Me hice una coleta y al salir, Nick no estaba en la habitación así que me colgué el bolso y baje a la cocina pero tampoco estaba así que salí a fuera y efectivamente él se estaba montando en el coche. Cerré la puerta detrás de mí y me dirigí hacia él.
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EL SILENCIO DE MIS PALABRAS [✔️]
Teen FictionAshley Miller fue golpeada por la tragedia con tan solo seis años. Desde ese momento, Ashley perdió su voz y nunca más supo como recuperarla. Nick Jhonson apostó con sus amigos que haría lo que fuera por hacerla hablar a cambio de mantener su orgul...