Mi Hermosa Entrenadora

20.

Abrió sus ojos con pesar, su cuerpo no lo sentía tan bien del todo e incluso estando acostada. Se sentía tan mal y adolorida que le resultó casi imposible levantarse de allí, añorando desde ahora. Su vista nublosa fue estableciéndose poco a poco dándose cuenta que estaba en un hospital...

¿Desde cuándo estaba siendo internada? No lo sabía, prácticamente en ese momento no recordaba muchas cosas. Solo recordaba el rostro de Yura y su pregunta era la siguiente; ¿qué hacía allí? No entendía absolutamente nada pero si le agradecía con que le haya ayudado llamando a Kikyo. Sonrio ante ese pensamiento, Yura seguramente tendrá un propósito y era algo que pronto averiguaron siempre y cuando no sea nada grave en contra de ella u otra cosa. Aunque lo dudaba...

Trató de levantarse, pero algo lo impidió, e intentaba moverse con mas fuerza pero nada que resultaba. Abrió los ojos sin creerlo, ¿que estaba pasando? ¿Por qué no podía? Sus ojos se humedecen al enterarse por si misma que no lo lograba moverlas... sus piernas no le respondían, estaban tiesas sin señales de algún movimiento, nisiquiera sus dedos los sentía.

Se rindió y miró el techo llorando en silencio y recordó el antes y el después de aquel accidente... sus lágrimas salieron sin control al recordarlo todo que empezó a pensar que esas imagenes y momentos tan horribles no se las quitaría de su cabeza de un día para otro, comprendió que eso podría ser cuestión de tiempo.

Tal vez, sea por ese accidente que no podía moverlas, claro... el auto había sido volcado.

Trago duró y sintió la presencia de una mujer a su lado, la escuchaba más no le respondía. No quería saber de nadie, sino de Inuyasha... ¿cómo estará? ¿Y el equipo? ¿Sus hermanos? ¿Las chicas? ¿Que estarán haciendo? Las preguntas iban vuelta en vuelta en su cabeza que no le prestaba atención a la doctora que estaba a su lado. Fue entonces que ella se despidió prometiéndose que vendría el siguiente día, y fue ahí donde cerro sus ojos para poder descansar más.

---

-¿en que piensas?-

La voz de Inuyasha la sacó de su ensoñación, parpadeo y lo miró dulcemente mientras curvaba una sonrisa especial para él.

-nada en especial-negó despreocupandolo-es solo que..  -dirigio su vista hacia el ventanal de la habitación-el estadio esta muy iluminado-

El jugador giro para ver la casa del equipo, era cierto; las luces del estadio combinadas con los de la ciudad de Tokio le hacía ver una noche espléndida, muy mágica.

-pronto estaremos todos ahí, celebrando nuestra victoria-dijo él mirándola sonriente sus piernas, ella le devolvió el gesto entristecida cosa que Inuyasha notó

-si, seguro...-murmuró

-¿qué pasa Kagome?-se levantó y se sentó a su lado, la vio preocupado por esa mirada que amenaba en aquel rostro que tanto amaba-estas decaída desde que los demás fueron abajo, ¿que paso? ¿Que te hicieron aparte? Juro que iré allí y los golpearé las veces que sean necesarias-