¿porqué tú? [Soukoku][Omegaverse]

15.- Las cosas importantes, se vuelven confusas

Chuuya

Fyodor regreso por la noche para entregarme mis cosas, al hablar con él pude notar, venía un poco irritado, no pude descifrar el porqué y tampoco quiso decírmelo. El alfa se quedó a cenar con nosotros y aprovechando el momento terminamos por contarles a Kouyo y a Yukio sobre lo que acordamos, al principio mi hermana dudo pero lo permitió siempre y cuando tenga cuidado, el que pareció dudarlo más, fue el rubio por no conocer completamente al azabache, pero al final de cuentas, no se interpuso en nuestra decisión.

Por la mañana, Akutakawa y Poe pasaron por mi, el camino fue tranquilo pero por petición mía tomamos el camino más corto para llegar a la escuela, sobretodo porque ahora no estoy con ánimos de encontrarme con Dazai, no después de lo que pasó y el omega en mi interior volviéndose loco.
La cuestión es que, debido a que Dazai pasa por Alcott todas las mañanas, es casi seguro que nos los encontremos, cosa que no quiero.

Llegamos demasiado rápido por lo que cuando entró al salón me doy cuenta de que aún no ha llegado nadie, me dirigí a mi lugar y en pocos minutos empiezan a entrar mis compañeros, entre ellos, llega Fyodor, quien se sienta a mi lado. Sacó unos audífonos de mi mochila y le entrego uno para empezar a escuchar música de mi elección, su expresión al escuchar me da risa, pues hace muecas cada vez que las canciones llegan a ser más intensas.

Estamos muy juntos hablando tonterías y coqueteando descaradamente a ojos de los demás. Momentos después entra el castaño quien al percatarse de nuestra presencia nos fulmina con la mirada; aún me siento intimidado por la intensidad de esos ojos y no puedo evitar el descarado palpitar de mi corazón. El alfa a mi lado se levanta, sin razón aparente y se interpone entre nosotros evitando podamos tener contacto visual.

La mirada de Dazai paso de ser sería a ser completamente fría e insensible. La de Fyodor se torno rojisa en el momento en que frunció el seño. Todos los presentes podíamos sentir la tensión en el ambiente, sobretodo cuando ambos alfas comienzan a soltar feromonas como advertencia al contrario, haciendo el lugar más difícil de soportar; los pocos omegas salen del salón, los alfas y betas tan solo se quedan viendo un enfrentamiento entre esos dos y no se atreven a intervenir.

Sentí la amenaza y me levanté por impulso. Alguien insistió en que saliera del salón, pero no pude seguir el consejo. No cuando quiero calmar a los alfas, de alguna manera.

—Parece que has encontrado diversión Fyodor— comenta el castaño después del largo silencio, su voz rasposa, escupiendo cada palabra con irritación.
—Me pregunto, ¿Con quién compartirás está vez?— la última pregunta fue por completo una burla insinuante que el de ojos violetas no soporto y acortó distancia con las manos cerradas en puños.

—¿Porqué no lo superas?— pregunta en cambio. No sé a qué se refieren y en este momento no me interesa indagar, tan solo quiero detenerles, por lo que camino llegando a espaldas de Fyodor, estiró el brazo para parar su andar y al estar cerca de ambos, sus aromas entran por mi nariz con fuerza. Empiezo a marearme debido a la intensidad de sus emociones, termino por sujetarme de una banca para no caer.

En ése momento llego el profesor Kunikida, quien al percatarse de la situación se puso en medio de los dos jóvenes, para después tomarlos de los brazos y empezar a amenazarlos por su conducta, sin embargo no logro enfocarme en lo que dice. No puedo salir del aturdimiento.

El maestro se da cuenta de mi condición y con ayuda de un compañero me llevan a la enfermería.

. . .

La doctora Yosano me atendió de inmediato y me permitió descansar antes de iniciar una conversación.

—¿Cómo te encuentras ahora Chuuya?— pregunta la mujer tomando una silla para sentarse a mi lado.