Dazai Osamu es un Alfa de clase alta, que odia a los omegas por razones personales. Chuuya es un Omega de clase media -alta, que solo busca tranquilidad en su nuevo hogar.
¿Qué les deparara la vida a estos polos opuestos cuando se vean unidos por el...
Se que debería de ver de una pésima forma a ese alfa engreído, pero desde hace unos minutos tengo una extraña sensación en mi pecho que no me deja tranquilo y tampoco me deja pensar con claridad.
Aún no comprendo que es lo que sucede conmigo; no es el primer alfa con el que hablo eso es obvio pero sigue siendo único en algún aspecto.
Ignoró estás sensaciones para acercarme a la escuela, pues ese chico al fin está fuera de mi vista. Al menos llegamos justo a tiempo.
Dentro del edificio empiezo a caminar por los pasillos en busca del aula donde se supone debo asistir para mí primera clase. Al cabo de unos segundos me doy cuenta de que estoy un poco perdido y no se a cual de todos los salones entrar.
Un poco arto de toda la humillación en una sola mañana, decido sacar mi celular y buscas el número de Alcott para marcarle o al menos enviarle un mensaje. En mi distracción choco contra otro sujeto. Que casualidad otro alfa, después del desagradable encuentro con el anterior; espero que no sea igual a él.
En apariencia es atractivo, alto de ojos violetas con un trasfondo rojizo -como el del otro tipo-, tiene el cabello negro particularmente largo hasta llegar a sus hombros -me pregunto sí eso está permitido-.
—¡Oh!, Lo siento...— comienza a hablar inclinando un poco la cabeza mientras me observa de pies a cabeza.
Su mirada me incómoda un poco, así que carraspeó haciendo que se enfoque solo en mi rostro y luego respondo en un tono seco.
—No te preocupes, yo iba distraído—
—Me parece que los dos estábamos perdidos en nuestros pensamientos— su voz es melodiosa, de alguien refinado con bastante educación. —Puedo notar que no eres de por aquí. ¿Hay algo en lo que te pueda ayudar?— pregunta mientras en sus labios se forma una sonrisa que no logro descifrar.
Dudo por un momento sobre confiar en este chico, pero al final no tengo a otra persona que se haya portado tan amable conmigo. Podría retomar mi idea de llamar a Alcott, pero considero importante no molestarla en este momento.
Está decisión no tiene nada que ver con qué el alfa frente a mi, llame mi atención.
—Realmente, no quiero ser una molestia pero, ¿Me podrías indicar dónde queda el aula 1,B?— suelto mi pregunta de interés.
—Que sorpresa— sorpresa la mía cuando su sonrisa se volvió más grande y un escalofrío recorrió mi espalda —Parece que seremos compañeros. Justo voy para allá—
—¿Encerio?— resulta que si es una sorpresa y una tremenda casualidad.
—¿Puedo saber tu nombre?— pregunta tan de repente y comienza a caminar.
—Soy Nakahara Chuuya— me presento siguiendo sus pasos y alcanzandolo para colocarme a su lado.
—Es un placer; mi nombre es Fyodor Dostoievsky...—
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