Hold On (Hosie)

Capítulo-7

Después de dejar a Josie en su habitación, me dirijo hacia el despacho de Alaric, ya que tengo que decirle que esta noche saldremos a cenar, pero le diré que es una salida de amigas porque el no sabe que estamos saliendo.

Llego a la puerta del despacho, suspiro y levanto el puño dando dos suaves toques.

-¿Si?- le escucho decir tras la puerta.

-Hola Alaric, ¿puedo pasar?- digo mientras entreabro la puerta y asomo la cabeza por el hueco.

-Hola Hope, sí claro adelante- me dice con una sonrisa.

Entro y cierro la puerta. Me siento en una de las sillas que hay frente a su escritorio.

-¿Qué ocurre?¿Te encuentras bien?- me dice mientras me pregunta preocupado.

-Tranquilo, estoy bien- le digo mientras le doy una sonrisa, este hombre se ha convertido en mi segundo padre.- Te quería preguntar, si esta noche Josie y yo podemos salir a cenar- él me mira con cara sorprendida.- Como amigas.

- Sí claro, pero no debéis hacer magia ni  poner a nadie en riesgo fuera de la escuela.- dice repitiendome una de sus normas más importantes.

- Sabes que yo siempre cumplo las normas, en caso de que haya un peligro muy grande y a demás beberé una bolsa de sangre antes de salir.- Digo mientras me reclino en la silla.- Y quería pedirte otra cosa.

- Lo que sea,que puedo hacer por ti.

- ¿Podría Josie quedarse a dormir en mi casa, solo por este fin de semana? Te prometo que la traeré sana y salva.- digo mientras observo su reacción.

-¿Tienes una casa aquí?- me dice sorprendido, al parecer no lo sabía.

-Sí, la compró mi padre cuando yo empecé a estudiar aquí pensando que vendría en vacaciones, antes de que él muriera. Pero ahora me pertenece.- le informo mientras me siento orgullosa por mi padre.

-Esta bien, pero el domingo antes de las diez teneis que estar de vuelta.

-Gracias, Alaric.- digo mientras me levanto y lo abrazo.

Salgo de su oficina, voy a mi habitación y me doy una ducha. Me visto con unos pantalones de chándal grises y una sudadera negra. Cojo las llaves de mi casa y salgo de la escuela.

Al llegar a mi casa abro la puerta y observo todo, está todo como lo dejé la última vez, la asistenta que manda mi familia hace un buen trabajo.

Subo al piso de arriba y reviso cada habitación, están todas perfectas. Vuelvo a bajar y me detengo en el salón viendo el piano de cola negro que hay en el centro, me acerco y me siento en el taburete, paso mis dedos suavemente sobre las teclas y toco unas pocas notas. Mientras lo hago sonrió, echaba de menos esto.

Me levanto y salgo de la casa dirigiendome hacia el garaje, allí está lo más importante para mí.

Llego a la puerta y presiono el botón del mando, observo como se levanta la puerta y dentro se deja ver un coche tapado con una lona negra. Me acerco y levanto la lona.

-Hola, precioso.- digo con una sonrisa mientras paso mi mano por el capo de mi Mustang GT negro.

Mi padre compró este coche cuando yo tenía 16 años y me lo regaló para mi cumpleaños, todavía recuerdo la cara de sorpresa de mi madre y los gritos de Rebekah por querer ser la primera en probarlo.

Río por lo bajo mientros me acuerdo de ese momento. Saco la llave del coche de mi bolsillo y lo abro, me subo a él y lo arranco. Cuando escuchó el ronroneo del motor una sonrisa se forma en mi cara, piso el acelerador disfrutando del sonido y paso mis manos por el volante.

Después de comprobar que todo está bien vuelvo a la escuela y me empiezo a preparar para la cita. Me pongo una camiseta blanca de manga corta, unos vaqueros negros rotos, unas zapatillas blancas y una chaqueta de cuero.

Cuando estoy lista salgo de la habitación, miró la hora en mi móvil y veo que queda una hora para la cita.

Salgo por la puerta y saco mi móvil y llamo a Josie.

-Hola, Hope- dice contenta haciendome sonreir.

-Hola, amor. Te llamo para decirte que me esperes dentro de una hora frente a la puerta principal.- le digo ilusionada.

-Esta bien, te amo.

-Te amo.- le respondo y cuelgo la llamada.

Vuelvo a mi casa, miro si todo lo que le había dicho al servicio lo han echo y veo que sí. Tras unos 30 minutos voy al garaje y conduzco hasta la escuela.

Aparaco en frente de la puerta principal y me apoyo en el capó del coche a esperar que Josie.

Al cabo de unos minutos escucho como alguien baja por las escaleras y sonrío sabiendo perfectamente que es ella la que baja.

Cuando llega al final de las escaleras, levanto la vista y lo que veo me deja anonadada, lleva un vestido negro precioso que resalta todas sus curvas. Le sonrii y ella me observa y luego mira el coche anonadada, mientras abre la boca.

Me levanto del capó y me acerco hacia a ella.

-Estas preciosa.-le digo mientras la sujeto por la cintura y le doy un beso.

-Tú tambien.- ella me dice cuando nos separamos.-¿Es tuyo?-pregunta mientras observa el coche.

-Sí, ¿te gusta?

-Me encanta- dice mientras me mira con una sonrisa-¿Me dejaras conducirlo?

-Tal vez, algún día.- le digo con una sonrisa.-Nos vamos.- digo mientras le ofrezco mi mano.

Ella la toma y nos acercamos al coche, suelto su mano y le abro la puerta, ella sonríe y sube al coche. Cierro la puerta y doy la vuelta al coche para subir al asiento del piloto. Arranco el coche y nos movemos.

-¿A dónde vamos?- pregunta curiosa.

-Es una sorpresa.- le digo mientras tomo su mano entrelazando nuestros dedos.

-Hope así no vas a poder conducir.- me dice mientras levanta nuestras manos.

-Segura- le digo mientras levanto una ceja.

Para demostrarle que si puedo conducir, cuando tengo que meter una marcha en vez de soltar nuestro agarre, muevo nuestras manos y pongo la suya sobre la palanca de cambios y meto la marcha mientras le sonrió.

Durante el camino hablamos sobre diversos temas y escuchamos música e incluso Josie cantó una canción que le encanta y yo sonreí mientras escuchaba su voz.

Cuando llegamos a la verja de la casa yo meto la contraseña y se abre pasamos por un sendero lleno de árboles y aparco frente la purta de mi casa.

Apago el motor y me bajo del coche para abrirle la puerta a Josie. Le ofrezco mi mano para ayudarla a salir y ella la acepta. Cuando baja se queda impresionada mirando la casa.

La abrazo por la cintura y la atraigo hacia a mí.

-Bienvenida a la residencia Mikaelson.- le digo mientras sonrió y apunto hacia la casa.