Fuertes emociones

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Es difícil intentar pasar por algo que no eres.

Es difícil tocar algo que no sientes.

Giinay escucha notas, pero no una melodía.

Le frustra no lograrlo. Es terrible no poder sentir nada con lo que se supone es alegría y vida.

¿Es qué eso no es lo suyo? ¿Debería dejar el arpa? No está dispuesta, realmente le gusta, y bastantes a luchado para llegar a donde ahora está.

Será mejor que lo deje, ya mañana podrá seguir practicando. Bajo un nuevo sol buscará un sonido distinto, una melodia de verdad, algún sentimiento entre todas esas notas. Algo que logre llenarla y hacerle sentir bien y no como un robot sin sentimientos.

¿Será que realmente se está deshumanizando y que por eso ya no siente las emociones? Puede que sus amigas lo digan en broma, pero es verdad que nunca a llorado con una película o libro romántico. Es difícil sacarle lágrimas a esa chica de cabello caoba.

¿Y si lo intenta una vez más?

Giinay se sienta de nuevo en su sitio y comienza a tocar lo que suena terriblemente monótono y frío.

Esta vez las lágrimas salen sin esfuerzo; sin duda no llora por alguna cursileria que le haya hecho sentir triste, sino por mera frustración. Esto es realmente irritante, Giin se levanta de su lugar de una manera muy intempestiva, coge su carpeta y arranca algunas de las hojas que llevan la partitura que no logra interpretar.

Con un grito se deja caer en el suelo y se hace chiquita, sintiendo el correr de las lágrimas y la rabia que las hojas esparcidas por el suelo le despiertan.

-¡Giinay, he venido... -Said se queda con la mitad de la frase en los labios al ver el panorama- ¿Qué pasó? ¿Ginn? ¿Estas bien?

Su voz está alarmada y su preocupación crece al no recibir respuesta inmediata de su amiga. Camina despacio hasta llegar a la chica del suelo y se acomoda junto a ella, abrazándola.

-Yo... Es que... -lanza frases incoherentes entre sollozo- No me sale.

-¿Qué dices? No te entiendo, Ginn.

La arpista toma aire alguna veces y luego habla.

-Es la p-pieza, no co-o-nsigo tocarla bien, me fru-ustra.

-!Oh, pequeña! -Said se relaja un poco, pensó que era algo más grave- Relájate un poco, no pasa nada, es solo una melodia, se puede cambiar.

-No, es que... Yo n-no puedo, y es frustrante.

Said se levanta de su lugar, dejando a una Giinay muy confundida y llorosa en el suelo. Toma algunas partituras completas y las rompe por la mitad, cuidando no pasar por los compases; hace la mismo otra vez, dejando solo ocho compases por hojita, revuelve un poco la hojas y se las extiende a su amiga.

-Toca.

Al principio la chica no entiende y pasea la mirada entre las hojas y su amigo.

-Anda, toca, se me acalambra la mano.

Giinay toma las hojas y se deja conducir a su lugar; se acomoda un tanto temerosa de lo que pueda resultar de lo que va ha hacer.

Curiosamente la primera hoja es la primera parte de la obra, se escucha un tanto débil y temblorosa. Cuando esta por terminar con esa hoja mira a su acompañante a manera de súplica, para que la saqué de ahí. Él prefiere tomar el gesto como petición para cambiar la hoja y así lo hace.

El cambio desconcierta un tanto a Giinay, porque no identifica esos compases, pero igual lo toca, suena cómico y sin sentido. Repite el proceso por algunas hojas más hasta qué empieza reírse con el resultado de las ocurrencias de su amigo.

Esa risa le hace olvidar la frustración  que hace algunos minutos sentia al observar las partituras. Ahora le gusta la manera en que han quedado, en parte porque suena mejor y en parte porque ya tiene una excusa para no presentar esa pieza.

Después de media hora de risas, se disponen a retirarse de los clubículos de ensayo.

-Y, ¿por qué has venido por mi? -le pregunta la chica.

-Pues, Elian me ha pedido que pasara por ti, él dijo que se le había presentado algo muy importante.

-Ah, ya, imagino la naturaleza de la emergencia.

Era de esperar que se hermano se hubiese ido del estudio sin ella por alguna chica. Sus ojos miel y cabello casi rubio hacen milagros con las chicas.

-No, bueno, la verdad a mi no me ha dicho nada, pero ya tiene semanas que no se va con una chica.

-Si seguro.

-Pero, ¿te esta gustando mi nueva táctica?

-¿Hummm? -Giinay frunce ligeramente el ceño.

-Si, para conquistarte. En realidad me iba a aprovechar de la ocasión y llevarte por ahí, a una sorpresa -sonríe de esa manera en la que se lemarcan los hoyuelos en las mejillas-. Pero eso de las partituras me ha venido de maravilla.

-No te negaré que fue lindo, pero aun no llegas al estandar -a Giin le encantaría hacerle saber que fue un momento hermoso, y que desde have tiempo ya está enamorada de él, pero ¿dónde quedó la diversion?-, te falta perder ese gran ego tuyo.

Él no sabe si su amiga habla en serio o en broma, pero se relaja cuando la risa de Giin inunda el pasillo de salida.

El camino a casa de Giinay ha sido tranquilo y alegre. Cuando llega el momento de despedirse él toma un pequeño besó de los labios de la arpista.

A ella sin duda le ha gustado y quiere más, pero no es el momento, según Maggi debe esperar un poco más y hacerle el trabajo difícil a Said.

Ha sido un día bastante largo y lleno de emociones intensas; y en algún momento le paso por la cabeza a Giinay escribir y poco en su celular para luego pasarlo a su libreta. Pero ya en su cuarto, no sabe que escribir. El desenlace de su día ha sido tan especial que le es difícil querer compartirlo con alguien.

*** *** *** *** ***

Nota de la autora: Tal vez no tenga mucho sentido esto, porque apenas y llego a los 100 leídos. Pero igual aclaro que por cuestiones de tiempo, solo estaré actualizando los fines de semana.

Gracias a todos los que se estan tomando el tiempo de leer ésto. Y no sean lectores fantasmas. Voten y comenten si les está gustando.

La libreta de GiinayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora