Giinay sube las escaleras a toda prisa. Hoy es miércoles, el día más pesado de la semana; así que la chica no tiene tiempo para bobear, se cambia el uniforme del colegio por unos jeans y una blusa simple. Baja a comer, pero la comida no está lista aún, por lo que debe ayudar a su madre a terminar en la cocina.
Mientras pica algunas zanahorias, Mariam le hace a su hija las preguntas de rutina acerca de su día, a lo que Giinay responde de la manera más vaga posible.
-Y ¿cómo te ha ido con Said? -Giin casi cae en su trayecto al comedor para poner los platos en la mesa; la pregunta toma por sorpresa a la chica, hace bastante tiempo que no se sincera con su madre.
-Espero y no te enojes, pero -suspira tomando valor para lo que va a decir- , pero, ya tengo novio.
-¿¡Cómo que tienes novio!? -Elian entra a la cocina gritando como loco, las chicas fingen no haberlo escuchado- ¡Mamá, contesta! ¡¡¡GIINAY!!!
-¿Emmm? –finge concentrarse en los platos que está sirviendo.
-Vamos, no te hagas la tonta, responde.
-¡Elian! -lo reprende su madre- debería lavarte esa boca con legía.
-Está bien, lamento haberte pedido que respondieras -su hermana le saca la lengua, bastante infantil-. Pero dime que me diga quién es ese para ir partirle la cara…
-Ya déjalo, Elian. En su momento te enterarás.
-¿Es el enclenque que te acompaña al coche después del colegio? Porque si ese tonto te hace algo yo mismo voy a partirle la cara-Al parecer no dejaría de insistir.
-Andrew no es ningún enclenque. Y que exagerado -levanta la cara para que su hermano vea sus ojos en blanco.
-Bien, no me digas quien es, así yo no me enteraré de a quien partirle la cara -suspira ligeramente frustrado.
Todos en la cocina saben Elian está mintiendo, él ama a sus hermanas tanto como a cualquier otra cosa. Ya lo ha demostrado antes, como cuando tenían 7 y 6 años, un chico perseguía a Giin por que le gustaba; pero sus métodos de conquistan consistían en jalar las trencitas que la chica llevaba peinadas. Al momento que Elian se enteró, fue a hablar (los espectadores dirían golpear) con el chico, lo que le aseguró a su hermana una primaría sin chicos malintencionados.
-Seguro, lo que tú digas.
-Entonces, mami, ¿tú tampoco me dirás quién es de quien están hablando?
-Ya te dije que te enterarás cuando sea necesario.
Elian sigue insistiendo durante la comida, pero lo ignoran. Una vez terminan, Giin sube a su cuarto a lavarse los dientes, coger su celular algunos libros, la cartera, ropa deportiva y lo mete todo en una mochila. Antes de salir de casa se despide de su madre, y mientras cierra la puerta le manda un mensaje a su amiga.
GIIN: Maggiggi!! Saca tu apestoso trasero de tu casa, me estoy yendo.
MAGGI: Ya estoy sacando mi lindo trasero de casa.
-Estoy bastante segura de que mi trasero no está para nada apestoso, ¿quieres oler para estar segura? -dice Margarita a forma de saludo.
-Gracias, prefiero quedarme con la duda, aunque en caso de que fuera un perro, la oferta es tentadora –dice mientras camina.
-Hummm, como tu prefieras -dice mientras saca una barrita de su bolso. Su amiga la mira con las cejas levantadas- ¿Qué? Es mi postre.
-¿Cómo es que puedes comer esa clase de comida frente a mi sin darme un poquito?
-Emm, era la última y… -lame la barra- …y ¡es mía!
-¡Pérgola!
-Algún día traeré una para ti; mientras eso sucede cuéntame cómo va todo con el señorito Said.
-Bien, todo muy bien, creo que…
La castaña es interrumpida por nevershoutnever cantando your bigest fan.
-¿Es él? ¡Contesta!
Giinay saca el celular con torpeza, lo que hace desesperar a su amiga llevándola a atender el teléfono.
-¿Aló?
-Hummm, ¿Maggi?
-Si, a tu chica le ha entrado un ataque de nervios y no puede ni hablar. -la aludida fulmina con la mirada a su amiga.
-Jajaja -su risa es ligeramente ronca, pero igual suena hermoso-, me la puedo imaginar. Apuesto a que se hermosa con sus mejillas rosadas.
-Sí. Exacto, ya te diste cuenta de lo linda y valiosa que es, así que no te puedes dar el lujo de dejarla ir. Si tú le haces algo a mi amiga, te prometo que yo misma me encargo de que no pueda haber más Saids en este mundo y que no te puedas sentar en un lapso mínimo de una semana. Así que ándate con cuidado -Giinay no puede evitar reír ante las ocurrencias de su amiga.
-¿Ok?
-¿¡Ok!? ¿Es todo lo que dirás? Mira que se dónde queda tu casa, y puedo ir a… la risa de la chica se escuchan hasta el otro lado de la línea.
-Tranquila, te prometo que Giin es súper importante para mí y no me voy a dar el lujo de perder a la chica más perfecta, linda e inteligente de la tierra. Ten por seguro que yo mismo me encargo de cortarmelos antes de hacerle daño. Por cierto dile a mi chica que su risa es hermosa.
-Awww, me haces vomitar arcoíris, mejor dice lo tú mismo, ya te la paso.
-No, déjalo, ya le llamaré yo, escucharte me bastó.
-¿Bye?
La respuesta llega a manera de bip dando por finalizada la llamada. Maggi retira el celular de su oreja y frunce el ceño.
-¿Colgó? -se pregunta confundida.
-¿Colgó? -pregunta Giinay.
-Colgó.
-Pero ¿por qué?
-Creo que… que… no sé. Qué raro.
-¿Segura que se colgó? ¿No se habrá cortado la llamada?
-Estoy bastante segura de que él fue quien colgó.
La cara de las dos es de extremo asombro y confusión.
-Bueno, bueno, mejor caminamos rápido si no queremos llegar tarde a la clase de Rodrigo –sugiere la rubia.
El resto del trayecto Maggi lo pasa haciendo bromas con la intención de que las dos olviden el -¿incidente le podríamos llamar?- de la llamada. Incluso a ella le ha sentado mal, y puede que tenga cierta culpa sobre la situación, al fin de cuentas fue ella quien le quitó el celular de las manos a su amiga.
Ya en el centro de música se disponen a tomar su clase de “Surgimiento y evolución de la música barroca”. De verdad que Giin ama las clases de Rodrigo, pero no puede dejar de pensar en la llamada. ¿Para que llamó? ¿Por qué le llamó a su celular y luego no quiso decirle nada? ¿Qué le pasa a Said?
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Una disculpa bien grande por haber tardado tanto en actulizar. Pero aqui está.
Mil gracís por leer, lo quiero. Besos
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La libreta de Giinay
RandomEs extraña la manera en que la cosas pueden ocurrir y poner de cabeza tu mundo sin siquiera lo notes; haciéndote un extraña a quienes en verdad te conocen.