03

206 23 0
                                    











—¡Lara Jean Song Covey! —grito al entrar en la habitación de la coreana.

—Mmh —Lara Jean abre un ojo viéndome aún dormida—. ¿Delilah?

—Explícame como es que una de TUS cartas —puntualizo mientras la sacudo—, terminó en manos de Josh Sanderson y gracias a ello ahora sabe que me gusta.

—Hola, Lilah. Lara Jean, papá quiere saber si quieres pollo o hamburguesa para cenar. Yo voto por el pollo.

No responde y se sienta de golpe en la cama, como toda una momia que acaba de despertar de su sueño eterno para matar a los protagonistas, alternó la mirada entre Lara Jean y Kitty unos segundos, ladeo la cabeza a un lado confundida a lo que Kitty simplemente se encoge de hombros fastidiada.

—Lara Jean ¿qué..? —antes de formular mi pregunta corre escaleras abajo hasta el estudio de su padre.

—No preguntes, quizá sea el ciclo lunar —Kitty sale de la habitación haciendo un ademán desinteresado.

—No todo tiene que ver con el ciclo premenstrual, Katherine.

Me ignora hasta llegar a su habitación en donde escucho que cierra su puerta con seguro, posiblemente cansada de dos adolescentes hormonales con dramas minúsculos.

Bajo hasta el primer piso con destino al estudio del Dr. Covey, cuando paso por la cocina me robo una magdalena de vainilla que Kitty está guardando junto con otras dos, después le compro otras. Al llegar al estudio puedo ver asomado en el suelo un pie con zapatos deportivos.

Oh, no, solado caído. La sombrerera no está y Lara Jean ha tenido un infarto.

Me apresuro a jalar el pie de la coreana mientras aún está en el suelo desparramada con gesto dramático y su padre la mira diciendo: "¿Cómo es posible que de mi ADN, cuerdo y razonable, saliera una hija tan chiflada?

—Es demasiado tarde. Es demasiado tarde. No tiene sentido —recita a modo de poesía.

—No, Lara Jean. Aún no es demasiado tarde. No vayas hacia la luz. No te dejes engañar, allá no está el hombre de novelas romántico de tus sueños, solo es un cuarto oscuro al final en donde pasarás años llorando en pena.

—¿Qué..? Ni siquiera voy a preguntarlo —el Dr. Covey nos pasa de largo hasta la cocina.

—¿Por qué tanto dramatismo? —le pregunto sentándome detrás del escritorio de su padre.

—La sombrerera con las cartas ha desaparecido. ¡No está por ningún lado!

—¡Eso es lo que te dije apenas llegué! —entrecierro los ojos molesta y señalándola con el índice—. Te he dicho: "Lara Jean, Josh tiene una de tus cartas".

—Eso no es lo que has dicho —objeta levantando una mano.

—¡Pero es lo que intentaba decir! —me acerco hasta ella y jalo de su brazo para que pueda pararse—. ¿Por qué le escribiste a Josh que te sentías mal porque a mi me gustaba? Estaba demás.

—Porque realmente me sentía mal —admite—. Tú fuiste la primera quién me dijo que le gustaba Josh cuando yo solo veía como el vecino al que le gustaba jugar al picnic. Un año después descubrí que a mi también me gustaba y meses después empezó a salir con Margot.

—Ya no importa —niego saliendo de la habitación—. Ahora lo sabe y no hay nada de malo con ello. Creo que me has quitado un gran peso de encima.

BLUE HOUR ━ josh sanderson (taltb)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora