¿Eres Mi Destino? [Kakanaru] Yaoi

N O V E N O C A P I T U LO

Advertencia:. Exceso de ternura para los siguientes capítulos

- Uh... Kashi, ¿Puedo elegir el lugar del viaje?

- ¡Claro!

-¡Bien! Yo quiero ir a Croacia-dattebayo.

- ¿Porqué a Croacia? - No puedo evitar sentir curiosidad el peliplata.

- Kashi Croacia es hermosa, tiene de todo: Naturaleza espléndida, playas de ensueño, siglos de historia, arte y cultura de la época veneziana y bizantina, una gastronomía riquísima... Pero sobre todo tiene una atmósfera mágica-ttebayo. - Los ojitos de Naruto se iluminaron tras describir aquél lugar tan hermoso.

Narra Kakashi

El rostro de la hermosa criatura que tengo ante mi, brilla de ilusión, sus ojitos son una ventana a aquella alma tan pura que posee, la luz que emana su sonrisa me deja bobo, simplemente no puedo evitar sentir que el rubio frente a mi es una divinidad.

- ¿Cuánto deseas ese viaje?- Una sonrisa juguetona se dibuja en mi rostro.

- ¡Muchísimo-dattebayo! - Medio grita mi Solecito.

- ¿Y porque no lo pediste antes pequeño? - pregunto ampliando mi sonrisa.

- Papá y tú siempre están ocupados-ttebayo... - Naruto hace un puchero tras decir eso.

- ¡Moooh! Yo trabajo pequeño zorro...- dije haciendo un puchero también.

- Los adultos siempre dicen eso-ttebayo. - Naruto se vuelve a quejar.

- Solecito recuerda que tú también debes enfocarte en los estudios, si sales mal en el colegio, no abra manera humana de convencer a Minato para dejarnos hacer el viaje. - Revuelvo el cabello de Naruto con mi mano.

- ¿¡Eso significa que si vamos a ir a Croacia-dattebayo!? - Grita el rubio.

- Tu encárgate de las buenas notas, yo me encargaré de hacer tus sueños realidad zorrito.- Le digo sonriendo.

Narra su manzanita favorita

- No soy un zorrito-ttebayo.- Exclamó el rubio haciendo un adorable puchero

- Es un cumplido amor, por las marquitas de tus mejillas pareces un hermoso y adorable zorrito. - Dijo el peliplata inundado de ternura

Narutin haciendo puchero uwu

El peliplata al ver Naruto no borra el puchero de su rostro, lo toma del brazo y lo jala hacia él, para sentarlo en sus piernas y empezarle a hacer cosquillas. Mientras él pequeño niño se deshacía en los brazos del mayor a causa de las costillas, el peliplata se sentía pleno por las risas del rubio, sentía que la felicidad de ese niño era la suya y el simple hecho de oír aquellas carcajadas le hacía tener un sentimiento inefable en el pecho.