Capítulo 20

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Cuando logras el equilibrio de amar a otro y amarte a ti, empiezas a ser más feliz y menos tonto, porque sabes lo que mereces.

Aixa de Alsina.

Narra Gideón

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Narra Gideón.

Después de que José se fuera y comiéramos lo que Candy preparó, nos hemos acostado. La tarde se ha pasado entre ver una película tras otra. Ninguno ha dicho nada que no sea referente a las películas. Ambos tenemos cosas que pensar. Sé que tal vez me excedí con José, pero no puedo mentirle.

Jamás pondré lo que siento por Candy, por debajo de cualquiera. Jamás.

—Me gustaría tener un hijo contigo —suelto de repente. Candy deja de ver el Tv, para verme a mí.

—¿Qué? —Sus ojos brillan, no sé si sea de alegría o va a llorar en cualquier momento. Saboreo mis labios antes de repetirlo.

—Quiero que tengamos un hijo —digo firme. Agacha la cabeza. Veo su espalda subir y bajar, está llorando. Tomo aire—. No quiero que llores, amor, debería ser una buena noticia. —Candy alza la cabeza de a poco.

—Es una mezcla. —Arrugo el rostro sin entender—. Por un lado estoy contenta de que quieras tener un hijo conmigo, por el otro... —su voz se quiebra. Sé que está recordando lo sucedido, además de Gabriela. Sé que debo buscarla, porque los primeros dos días llenó mi celular de mensajes de todo tipo. Luego de eso, la bloqueé.

Mi celular suena. Candy seca sus lágrimas, estiro el brazo para alcanzar el teléfono.

—Es de la clínica. —Candy abre los ojos atenta—. Diga. —Respondo a la llamada.

—Sr. Gideón, esperamos que tenga una buena tarde, se le llama para informarle que ya Loba, se encuentra mucho mejor. Ha superado las 48 horas de revisiones y ha presentado muchos signos de mejorías. —Candy sonríe. El celular está en altavoz.

—Nos alegra mucho escuchar eso, ¿cuándo podríamos ir por ella? —inquiero.

—Mañana a las 10:00 hrs será dada de alta. —Un alivio invade mi cuerpo. Le agradezco y termino la llamada.

—Ya quiero tenerla aquí —confiesa Candy. Sonrío.

—Hace mucha falta, solo creo que deberíamos llevarla a una guardería mientras tú haces las remodelaciones acá. No quiero que vuelva a pasarle algo. —Quiero usar palabras que no la hagan sentir culpable, porque sé que se culpa de que Loba haya ingerido detergente.

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