Capítulo 11

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Capítulo 11

Le había dicho que la amaba. En el calor de la entrega, había sido lo suficientemente estúpida para confesarlo... pero no había encontrado en la morena reacción alguna. "Quizás no me escuchó" trataba de convencerse, y así lo hizo, después de buscar mil y un explicaciones que la hicieran quedarse callada y luego dormirse ante semejante frase.

Y ella se sentía tan mal, porque lo había dicho desde el fondo de su alma de niña, ahora convertida en mujer. Recordó con lágrimas en los ojos, la manera en que había escapado, una vez que Santana cerrará los ojos y se quedara dormida. Recordó el dulce y suave beso que posara en sus labios, diciéndole adiós a la mujer para de una vez por todas aceptar a la amiga. Porque si de algo estaba segura Brittany, era que Santana seguiría con sus planes, y ella, lamentablemente, no era uno de ellos.

Se levantó sin ganas en su cuarto. Era viernes, el día anterior a San Valentín. Aborrecía que llegara ese día. Aunque a ella siempre le encantaba San Valentín, ese año lo odiaba con todas sus fuerzas... y tenía una razón muy valida para hacerlo. Esa fecha la perdería para siempre. No quería salir de su habitación, porque eso implicaba enfrentarse a las preguntas de Rachel, y no se sentía con ánimos para contestar los insidiosos cuestionamientos y pedidos de explicaciones con lujo de detalles, que desde el momento en que despertó trató de olvidar. Pero cómo podría hacerlo... olvidar... como si fuera posible... si esos ojos oscuros, la perseguirían de por vida. Ese cuerpo tan sexy... el sabor de sus besos... sus caricias y el perfume de su piel, la estaban quemando y matando en vida.

Se dió una ducha y bajó al comedor. Llegó temprano, para no ser cuestionada por nadie. Tomó el cereal.... Y rápidamente terminó el desayuno. Cuando se levantaba de la mesa, Rachel se sentaba con su prima, a desayunar. La castaña la miró con curiosidad, y ella esquivó esa mirada. Rachel que no la iba dejar escapar la tomó de un brazo. Ella entonces, tuvo que detenerse y mirarla.

- ¿Todo bien? – preguntó su amiga. Brittany trató de serenarse y falseando una sonrisa le contestó.

- ¡Todo muy bien! – y se levantó de su asiento presurosa.

- ¿No te quedas a desayunar Brittany? – dijo Quinn que ya estaba sentada en la mesa.

- No... - dijo – ya desayuné... tengo unas cosas que hacer...

- Brittany – Rachel la miró – ¿Sucedió algo que quieras decirme? – y le abrió los ojos para que su novia no la viera.

- No... mira, estoy apurada... en otra ocasión nos vemos!! – dijo, se soltó rápidamente y salió del comedor... con tanta mala suerte que se chocó con la mismísima Santana, que entraba cabizbaja y sin mirar por dónde caminaba.

La rubia se quedó hecha de piedra y su rostro se tiñó de un rojo furioso, que al parecer era color en la cara que estaba de moda, porque Santana lo tenía, en la suya. Ninguna habló... hasta que...

- Hola – dijo Santana metiéndose las manos en el bolsillo.

- Hola – dijo ella mirando hacia la pared – bueno... es... que... tengo que irme...para allá. – dijo señalando unas escaleras.

- Si... digo... este... yo tengo que irme para allá... - dijo la morena, señalando hacia el comedor.

- Si... que bien... bueno... allá están Quinn y Rachel...

- Que bien!! – dijo sin ánimo – iré a buscarlas... bien... este... - la miró – adiós.

- Si... bien... eh... adiós – y dándole la espalda salió de esa situación tan embarazosa de encontrársela. – "Eres una estúpida... te metes en la cabeza que la seguirías tratando como siempre, y ahora la ves y te quedas como una máquina que le cuesta arrancar... idiota!" – iba murmurando por los pasillos.

Para ConquistarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora