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The Frozen
Annie Robbs fue una muchacha muy querida en su aldea de Nieshville, una joven inteligente y con un futuro prometedor que desapareció por causas desconocidas una noche de invierno sin dejar rastro, hasta aparecer días más tarde en el lago de las afueras del pueblo. Muerta.
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Annie Robs tenía diecinueve años el día que le dieron la beca para una de las universidades más prestigiosas de Estados Unidos, feliz por alcanzar su sueño de convertirse en una aclamada y exitosa astrónoma en un futuro, Annie llamó a todos sus amigos (un grupo de no más de siete personas) para que se quedasen a dormir en su casa, como fiesta de celebración por la buena noticia que le habían dado.
Compró alcohol, gominolas y vasos de plástico, Madeline la acompañó para hacer una tarta y para cuando vinieron sus amigos se había puesto el vestido que su madre le había comprado la semana anterior, estaba realmente emocionada aquella noche. Comenzaron a charla y beber, bailaron algo y tiempo después decidieron que podría ser buena idea jugar a verdad o reto, algo como lo que cualquier grupo de colegas usa para matar el rato una noche sin televisión, pues el frío era tan intenso fuera que los cables que conectaban con su casa estaban casi helados.
Para ser sinceros, ella nunca había sido muy fan de ese tipo de juegos, pero sus amigos tras insistirle demasiado, y Lauren decirle que a cambio de jugar le conseguiría una cita con Danny Lox, accedió de mejor gana. Las primeras veces que le tocó elegir fue a lo seguro, siempre diciendo verdades para evitar hacer algún reto estúpido como tragarse un hielo o beberse cuatro vasos enteros de agua del váter, como le tocó hacer a Melanie.
Llegó un punto en el juego en el que la mayoría de los presentes estaban ya demasiado borrachos como para ser conscientes de lo que hacían, y obligaron a Annie a elegir reto con una regla excusa de "ya has gastado todos los comodines de la verdad, ahora te toca reto". Annie no quería que sus amigos se decepcionasen con ella, al fin y al cabo iba a pasar un largo tiempo hasta que los pudiera ver nuevamente, a causa de los estudios, así que terminó por asentir tímidamente a que le pusieran un reto. Empezó a oír cosas del tipo "cómete una uña del pie" o ciégate de la lámpara del techo" y fue negándose a todas ellas hasta que una de las personas presentes dijo.
