Prólogo

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Nuevo día, nueva rutina para muchos, aunque nada diferente y relevante para él, todo era tan cansado, agotador, estresante, deprimente, monótono y todas las palabras similares que pudiese encontrar. Se sentía como un reloj haciendo "tic tac" una y otra vez dentro de su cabeza, como si su propia mente estuviese contando el tiempo para meter más presión dentro de él, lo hacía sentir tan ansioso, pero realmente no tenía ganas de absolutamente nada, nada lo movía, nada lo hacía sentir, nada era igual que antes, y era la simple razón de que ya nada lo motivaba, nadie lo hacía sentir vivo, aunque nuevamente escuchaba esa voz en su cabeza repitiendole la lista de cosas que tenía que hacer para el resto del día, era un bucle interminable que lo hacía sentirse tan agotado.

Llevaba consigo una guitarra eléctrica de color rojo, era un objeto demasiado especial, y siempre disfrutaba llevársela a todos lados, porque le recordaba a él... era una herida muy grande, que probablemente lo perseguiría el resto de su vida, se aferraba a esa guitarra como si su vida dependiera de ello, y como si eso trayera de vuelta a aquella persona que en algún momento lo hizo tan feliz...

- Oh, casi lo olvido... Adiós pequeño... - le dijo acariciando a su pequeña bola de pelos, un pomerania color blanco muy inquieto, pero era una compañía que él tenía en su solitario apartamento, y lo hacía sentir un poco mejor en sus noches intranquilas.

Tomó su maleta y se fué, con la misma actitud de siempre, tan lúgubre y a la vez tan fuera del entorno.

- He tenido otra vez el mismo sueño... - habló con una voz inaudible mientras caminaba hacia una de las estaciones de metro más cercanas.

- Una y otra vez...

Caminaba a un paso lento, mientras que las demás personas alrededor de él parecía que caminaban más rápido, apresurados por llegar a sus destinos, mientras él solamente iba con un lío dentro de su cabeza. En cuanto llegó el metro, se subió. Siempre se veía tan ido, alejado del mundo, distraído con los pensamientos que provocaban en su mente, completamente distante, con la mirada clavada en un punto fijo, abrazando tan fuerte aquel objeto tan preciado para él; su guitarra.

- No me siento sólo... no me siento sólo... - se repetía a si mismo una y otra vez, con una voz baja, cada vez abrazando más fuerte aquel instrumento.

- ¡Yoongi! ¿Vamos por el almuerzo? - gritó un chico con cabello color castaño, entrando al salón de clases para acercarse y golpear el hombro del mencionado

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- ¡Yoongi! ¿Vamos por el almuerzo? - gritó un chico con cabello color castaño, entrando al salón de clases para acercarse y golpear el hombro del mencionado.

- Kihyun, vete a la mierda, no quiero, tengo sueño... - dijo refunfuñando mientras volvía a acomodarse para seguir dormitando.

- ¿Qué? - frunció el ceño - ¿Y si jugamos baloncesto?

- Aahhh... - se quejó soñoliento, bostezó y se levantó de la butaca en donde estaba sentado - iré a tomar una siesta...

Acordes - YM 和音Donde viven las historias. Descúbrelo ahora