Capítulo 8

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Narra Jin:

Llevaba alrededor de 20 minutos sentado en mi cama. Ya me sentía mucho mejor, pero, aun así, Kay me prohibió ir a la farmacia, alegando que debía recuperarme al cien por ciento. Mamá y Nam estuvieron de acuerdo, por lo que hoy, me quedaría en casa.

Solté un suspiro casi aburrido, normalmente me levantaba bastante temprano para preparar el desayuno y llevar a los menores a la escuela, así que, prácticamente ya era una costumbre. Pero mamá fue lo bastante clara, como para no querer moverme del colchón.

"Cariño te adoro, pero si por esas casualidades de la vida te veo fuera de la cama, créeme que la enfermedad será lo último en lo que debas preocuparte."

Solté una leve carcajada al recordarlo, esa mujer podría llegar a dar miedo cuando se lo proponía. Me reacomodé sobre la mullida superficie y encendí mi teléfono, al menos podría entretenerme en lo que mi madre se levantaba. Sonreí al ver a Nam a mi lado. Su expresión era bastante pacífica, mientras dormía.

Como lo supuse, unos minutos después, la puerta de mi habitación se abrió y la mayor ingresó con un vaso de agua junto al medicamento que me habían recetado.

- Gracias mamá... - Susurré, mientras tomaba aquella pastilla.

- ¿Cómo te sientes cielo? – Su voz salió suave, mientras acariciaba mi cabello con dulzura.

- Mucho mejor. – Le dediqué una sonrisa y ella me arropó mejor.

- Ya veo...tienes muy buena compañía. – Mis mejillas se calentaron cuando noté su expresión divertida.

- M-mamá... -

- Iré a preparar el desayuno, encárgate de despertarlo yo me haré cargo de los niños. – Habló, mientras salía de mi habitación.

- Suerte con eso... - Susurré recordando que uno de los menores era como piedra cuando dormía. – Cariño... - Me recosté de costado y comencé a dejar caricias sobre su cabello. – Nam... - Sonreí al ver como su ceño se fruncía. – Amor, es hora de levantarse...

- Pero debo cuidar de mi Jinnie... - Habló dormido y dejé un beso sobre sus labios.

- Me cuidarás en la tarde Nammie...ahora debes ir al restaurante. – El menor asintió y abrió sus ojos con pereza. – Buenos días cariño... - Volví a besar sus labios y lo vi sonreír, marcando así sus hoyuelos.

- No me molestaría despertar así todos los días. – Solté una carcajada, mientras sus brazos me tomaban de la cintura y volvía a unir nuestros labios.

Narra Jungkook:

Mi cuerpo descansaba sobre la suave superficie de la cama. Me sentía tranquilo y seguro. Sonreí al notar el brazo de Tae, rodeando mi cintura.

- Niños es hora de levantarse... - Abrí mis ojos lentamente. – Tae cariño...espero que al menos la pobre criatura pueda caminar hoy. – Mi cuerpo se tensó en cuanto noté a la mujer dedicándonos una mirada divertida.

- Si mamá... - Tae ya se encontraba sentado, mientras respondía aún adormilado.

- ¡Tae!. – El mayor despertó de golpe y yo me escondí bajo las mantas. – L-lo lamento señora Kim... - Hablé sintiendo mi rostro completamente caliente.

- No te preocupes cielo...ahora los quiero levantados y abajo para desayunar. Hoy los llevaré yo ¿de acuerdo?

- S-si mamá... - El tono del mayor salió nervioso. La mujer salió luego de soltar una carcajada. - ¿Kookie?. – Intentó quitar la tela, pero me aferré aún más a ella.

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