Redemptio | Larry Stylinson

6. Galatea

Entro en mis semanas cruciales de final de semestre, última oportunidad para recuperarlo, así que antes de que los ensayos me roben el tiempo y el alma, subo este capítulo. Tengo un par de aclaraciones, porque hay elementos que preferiría no quedaran al aire. 

-Brueghel fue uno de los pintores más importantes del renacimiento flamenco.

-Locus amoenus es un vocablo del latín que hace referencia a un "lugar ameno" (por su traducción) y que, en la mayoría de los casos, tiene relación al edén por su pureza, pero también conlleva una carga erótica en su mención.

-Lascia ch'io pianga es una composición de Händel, músico alemán del renacimiento tardío/barroco. Es mi favorita, se las dejo en multimedia. Asimismo, en el siglo XIX inglés, Händel, Bach, Edward Elgar, Benjamin Britten, entre otros..., fueron figuras prominentes en la música de la época.

-(Ovidio) Mito de Polifemo y Galatea: El mito de Polifemo y Galatea se encuentra inmerso en las Metamorfosis de Ovidio (échenle un ojo si les interesa la mitología griega). En él, bajo la voz de Galatea, da cuenta del amor enfermizo que el cíclope Polifemo tenía hacia la ninfa Galatea, quien a su vez se enamora de Acis. Cegado por los celos, luego de descubrirlos juntos, Polifemo mata a Acis al aventarle una gran piedra. Acis es convertido en un río.

-(Góngora) Poema de Polifemo: Góngora retoma el mito de Polifemo y Galatea para transformarlo en un extenso poema. En él, transforma la figura monstruosa de Polifemo en una más humana. Sin embargo, el final se mantiene. Góngora describe una imagen (a la que hago referencia) en donde Acis descubre la figura de Galatea, cobijada en la sombra del árbol de Dafne (otro mito griego, pero es harina de otro costal) y a las orillas del río que es tan claro que parece espejo. En fin, eso.

-La novela naturalista fue una corriente literaria derivada del realismo y básicamente son muy descriptivas. Por folletín es... tipo fanfic: publicada en partes, generalmente en el periódico.

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Por recomendación de sus padres, Louis organizó una improvisada fiesta para despedir al ejército de Edimburgo, sinónimo a su vez de los mejores deseos. Desde muy temprano, la servidumbre, liderada por Louis y su madre, trabajó arduamente para conseguir una magnífica decoración que guiaba a los invitados desde la puerta principal hasta el gran salón.

De entre todos los convidados, un listado bastante extenso, Louis esperaba con ansias a los comandantes estrella, sus ahora íntimos amigos; porque el mejor, aquel confidente de años y mano derecha en travesuras inocentes, aún se dolía por la pérdida del primer amor. Su semblante mejoró, pero la magulladura del corazón seguía viva como el instante en el que se apretó con la saña de una ilusión rota. Louis ni siquiera mencionó la fiesta de despedida, respetaba su dolor y prefería contar anécdotas a exponerlo a un nuevo golpe. Aun así Niall le hacía falta.

—Joven Louis —le interrumpieron en medio de una conversación aburrida, vasta de política, de economía y de egolatría excesiva; por dentro lo agradeció—. Los invitados que tanto esperaba han llegado, señor.

—Oh, qué alegría. Caballeros —se dirigió a ellos con un falso gesto de pesar—, tendré que dejarlos. Debo recibir a unas personas. Me reúno con ustedes más tarde, me he quedado prendado de la conversación.

—Será un placer continuar con esto, joven Louis.

Los dejó atrás, acompañados de su exhalación de hastío y se apresuró al encuentro con los comandantes. Los ubicó a lo lejos. Caminaban sobre la alfombra bermeja como emperadores del mundo. Zayn, de inmediato, tenía la atención de toda la sala vuelta hacia su persona, todos reflejaban las ganas por acercarse a entablar conversación con él, Louis entre ellos.