3. Amor

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Alazanes: plural de alazán, un color entre marrón y rojizo, como el de la canela. 
Determinante demostrativo: definición gramatical para las palabras "este, esa, aquello, etc..."
Anna Seward: poetisa inglesa, nacida en el siglo XVIII. También conocida como "Swan of Lichtfield".
Cuadro costumbrista: en la literatura, un cuadro de costumbres es una narración que describe una situación común, las costumbres de aquello que narra (una ciudad, una familia, una situación inmersa en ello), alimentándose del realismo; podría decirse que el costumbrismo también abarca otro tipo de arte, yendo de la mano con la descripción anterior. Es decir, en este texto, Harry parece ver una pintura que expresa una situación cotidiana, pero bella, profunda.


Espero disfruten el capítulo :)
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En la comodidad de su habitación, Niall se observaba en el espejo sin verse. Sus bonitos ojos parecían cubiertos de una fina tela hecha por hilos de recuerdos de horas previas, donde tuvo la oportunidad de conocer a Zayn Malik, el apuesto galán que, sin preverlo, robó el corazón de Niall en el primer intercambio de miradas. Con el simple hecho de evocar la cerca azabache de los alazanes tan expresivos, tan coquetos, un rubor cubría las mejillas del jovencito; su pulso se aceleraba y el estómago, antes templado, experimentaba una suerte de espasmo placentero que le provocaba estremecimientos simultáneos por todo el cuerpo.

La sonrisa, no obstante, parecía jamás abandonarlo.

Aquella noche soñó con cosas que jamás expresaría a nadie, que atesoraba tras un muro de vergüenza, que su puritanismo le obligaría a tragar hasta la tumba; cosas que gestaron en su alma la semilla de una nueva ilusión, quizá la más grande, la más importante de su vida. El embrión de un sentimiento fuerte, impoluto, incluso peligroso para seres débiles e ingenuos. Niall comenzaba, mas la intensidad y el impacto del comandante lo trastornaron al punto que, a esas alturas del inicio, no había retorno alguno.

Se esmeró en la apariencia: peinó cada hebra dorada, pellizcó sus pómulos e ideó el conjunto ideal de ropa, calzándose prendas similares a sus irises en un intento de resaltarlos. Y al terminar consultó, de manera obsesiva, el reloj. Su impaciencia lo llevó a interpretar algunas canciones en el piano, sin éxito. Incompletas todas. Quiso continuar con los poemas de Anna Seward que Louis le recomendó días atrás, pero tampoco logró abstraerlo de sus propios delirios.

Cuando dio el medio día, Niall apenas cabía en sí mismo. La euforia lo obligaba a deambular por la casa en espera de su príncipe. Dicho príncipe apareció a las doce en punto al lado de su mejor amigo quien, enajenado por la belleza de Niall, le dedicó una de sus escasas sonrisas. Sin embargo, el tierno rubio no tuvo ojos para nadie más que no fuese Zayn.

—Esperamos no haber importunado. Bastante con habernos recibido nuevamente en su casa como para molestarle de esta manera. —Zayn dijo a guiso de introducción. Harry permanecía absorto—. Buen día.

Niall se ruborizó y Harry experimentó un dolor en la boca del estómago. —No, para nada. Pasen. Y por favor, tutéeme. Me es difícil concebir que puedo hablarle de a Harry y no a usted... Por mucho que conozca a Harry de la infancia.

—Nada me haría más feliz. —Cogió su mano con la intensión de besar sus nudillos. Niall percibía una explosión interna, quizás el augurio de una muerte instantánea—. Además, espero algún día pueda conocerte tanto o más como Harry te conoce a ti.

El rubio se supo perdido, enamorado, caído. Atinó a saludar a Harry con más soltura, con más confianza, con más hermandad. Luego de ello, centró su atención de nuevo en el núcleo de su neófito amor, obsequiándole su espíritu en cada exhalación. El comandante ignorado experimentó un indicio de celos, de aquellos lastimeros, heridos, acidificados y dañinos para el alma. «Era de esperarse» pensó, observando la actitud risueña de su mejor amigo, «¿quién compite contra Zayn? Claramente yo no puedo».

Redemptio | Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora